Ocho de los 21 vagones y la locomotora del tren se descarrilaron el sábado a las 23:00 (17:30 GMT) en la región de Kuneru, cerca de la frontera entre los Estados de Odisha y Andhra Pradesh.
“El balance de muertos subió a 36. Es posible que aumente”, indicó Anil Saxena, portavoz del sistema Nacional de Redes Ferroviarias. Según J. P. Mishra, portavoz de la empresa de ferrocarriles de la Costa Este, unas 50 personas resultaron heridas y fueron trasladadas a dos hospitales de la zona.
Este accidente se produce dos meses después de un descarrilamiento de similares características en Kanpur, en el que murieron 146 personas. El tren había salido de la ciudad de Jagdalpur hacia Bhubaneswar, capital de Odisha, pero descarriló en un punto situado a 160 km de la localidad de Visakhapatnam.
Las autoridades y los equipos de rescate trabajaron toda la noche para intentar localizar supervivientes. La televisión mostraba varios vagones volcados mientras trabajadores vestidos con trajes reflectantes de color naranja y protegidos por cascos intentaban llegar hasta los pasajeros a través de las ventanas.
Al lado de la vía, los habitantes del lugar observaban las labores de rescate. Las autoridades no excluyen que un acto de sabotaje de los rebeldes maoístas haya causado la tragedia. “Examinamos esta pista, es una de las múltiples pistas que analizamos”, declaró Saxena a la AFP. “Sospechamos del sabotaje porque dos trenes pasaron sin problema por estos mismos raíles un poco antes en la noche”, precisó.
La policía de Odisha, donde se produjo el accidente, refutó por su parte cualquier implicación de los maoístas, conocidos como naxalitas. “Rechazamos totalmente una posible implicación de los maoístas en el descarrilamiento. Kuneru no es una zona donde los naxalistas actúen”, afirmó un oficial del servicio de inteligencia que requirió el anonimato, citado por la agencia Press Trust of India.
Unas 600 personas viajaban a bordo del tren cuando se produjo el descarrilamiento, dijo Mishra a la televisión NDTV. Los pasajeros indemnes fueron evacuados en una decena de autobuses. El tráfico ferroviario quedó interrumpido en toda la línea costera.
La red ferroviaria india, una de las más grandes del mundo, dispone de pocos recursos para su mantenimiento y son frecuentes los accidentes mortales.
El viernes, 10 vagones de un tren expreso descarrilaron en Rajastán, en el noroeste del país, dejando varios heridos leves. El mes pasado, dos personas murieron y decenas resultaron heridas en otro accidente cerca de Kanpur. Según un informe de 2012 del gobierno indio, casi 15.000 personas mueren cada año en accidentes ferroviarios.
El primer ministro, Narendra Modi, prometió invertir 137.000 millones de dólares en cinco años en la modernización y la seguridad en la red ferroviaria. Modi expresó en su cuenta de Twitter sus condolencias a las familias de las víctimas. “Mis pensamientos están con quienes perdieron a sus seres queridos (...) Esta tragedia es entristecedora”, dijo.
Su gobierno ha firmado varios acuerdos con compañías privadas para modernizar la red. Entretanto, Japón accedió a conceder créditos blandos por 12.000 millones de dólares para construir un tren bala, que constituiría el primer transporte de este tipo en India. Sin embargo, el plan está en un estado embrionario.