En el comunicado, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no reveló los motivos exactos que la ha llevado a tomar esta decisión y se limitó a agradecer el trabajo conjunto.
La organización religiosa dijo, no obstante, que debido a su internacionalización en estos cien años de relación, cada vez siente más “la necesidad de crear e implementar un programa uniforme de liderazgo y desarrollo juvenil” para sus miembros en todo el mundo.
En la actualidad, aproximadamente 425.000 jóvenes mormones de entre 8 y 13 años participan en los programas de los Boy Scouts, lo que supone un 20 % del total de integrantes del país. Por su parte, los Boy Scouts expresaron su agradecimiento a la Iglesia mormona por la colaboración ofrecida en el último siglo y le desearon “lo mejor” en el futuro, aunque ellos ya se preparan para presentar el nuevo programa en 2020.
“Boy Scouts de EE.UU. está entusiasmado con nuestro futuro y con la oportunidad de crecer ofreciendo a las familias más opciones para que sus hijos se beneficien de las increíbles experiencias de formación que brindamos”, dijo a Efe un portavoz de la organización. Este anuncio llega después de que el pasado 2 de mayo los Boy Scouts confirmaran que cambiarán su histórico nombre para integrar a niñas y niños, suprimiendo la palabra “boy” -chico, en inglés- de su nombre a partir de febrero de 2019.
De este modo, el programa para jóvenes de la entidad pasará a llamarse “Scouts BSA” y la nueva campaña de reclutamiento irá dirigida ahora a chicos y chicas por primera vez en su programa más destacado, “Cub Scout”.
Tanto la Iglesia mormona como la institución juvenil declinaron aclarar si estos cambios habían motivado el fin de su colaboración. Los Boy Scouts cuentan con 2,3 millones de niños y jóvenes de entre 7 y 21 años, además de casi un millón de voluntarios en todo Estados Unidos.