Misión naval de la UE contra traficantes de migrantes se queda sin barcos

BRUSELAS. La operación de la Unión Europea (UE) contra los traficantes de migrantes, Sophia, podrá seguir operando en el Mediterráneo hasta septiembre, pero sin poder desplegar sus barcos, en el punto de mira del gobierno italiano.

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 A cuatro días de que expirara su mandato, la UE halló este miércoles una solución que permitió levantar el veto de Italia, cuyo gobierno populista se oponía a seguir siendo el único país de desembarco de los migrantes socorridos por los navíos de la misión.

“Los países decidieron prolongar seis meses el mandato de la operación Sophia”, indicó a la AFP un responsable europeo tras días de discusiones de los embajadores, una decisión que el Consejo de la UE debe confirmar ahora formalmente.

Los 28 países acordaron también suspender “temporalmente” el despliegue de embarcaciones, mientras “siguen trabajando en una solución relacionada con el desembarco” de los migrantes rescatados en el mar, precisó esta misma fuente.

Desde su puesta en marcha en 2015, tras el naufragio de un barco con migrantes, la misión que nació con el objetivo de luchar contra los traficantes de migrantes, detuvo a unos 150, pero también rescató a 45.000 personas.

Al filo de los años, los europeos agregaron nuevas funciones a esta misión, que también entrena a los guardacostas libios y controla la aplicación del embargo de armas impuestos por la ONU a Libia y el tráfico ilegal de petróleo.

 Con esta decisión, Italia consigue impedir el despliegue de embarcaciones, pero los europeos logran extender por seis meses más la operación, que seguirá movilizando patrullas aéreas para controlar el Mediterráneo central.

“Es una decisión positiva que demuestra que los Estados miembros quieren llegar a un acuerdo y mantener la operación”, dijeron a la AFP fuentes europeas, una visión diferente a la de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.

Sophia “es una operación marítima y es evidente que, sin recursos navales, no podrá cumplir eficazmente su mandato”, dijo su portavoz Maja Kocijancic, asegurando que adoptarán “medidas para reducir el efecto de la suspensión”.

El ministro italiano de Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, hombre fuerte del gobierno, ha hecho de su política de mano dura contra los migrantes, que incluye el cierre de los puertos para los buques de oenegés, su marca.

Desde su llegada al poder en junio, Italia impidió desembarcar a varios barcos de oenegés con migrantes rescatados a bordo, algunos de los cuales pudieron amarrar tras un acuerdo de reparto entre el resto de países de la UE.

“La racionalidad se fue por la ventana hace mucho tiempo”, aseguró un diplomático europeo, para quien la solución encontrada es una “contención de daños con la esperanza de que se pueda entrar en razón” tras las “elecciones” europeas de mayo.

“Es realmente el fracaso de Europa”, aseguró el director general de la oenegé France Terre d’Asile, Pierre Henry, para quien esto muestra el “abandono” de los “valores fundamentales” europeos.

La UE lanzó esta misión en pleno punto álgido de la crisis migratoria.

Desde 2015, a Italia, situada en la llamada ruta del Mediterráneo central, llegaron 478.415 migrantes, según la Organización Internacional para las Migraciones.

Pero al filo de los años, la llegada de migrantes que huyen de las guerras y de la pobreza fue disminuyendo.

En 2018, llegaron 23.370 tras los casi 120.000 un año antes. Hasta el 20 de marzo, se registraron 398, según la OIM. La presión migratoria se desplazó al Mediterráneo occidental.

Con 65.356 migrantes irregulares, España desbancó en 2018 a Italia y Grecia (50.215) como primer país mediterráneo de entrada a la UE, según esta organización de la ONU.

Desde principios de año, el número de muertos o desaparecidos en el Mediterráneo fue de 289, entre ellos 160 en la ruta central.

En 2018, el total fue de 2.299, unos 850 menos que el año anterior, según la OIM.

Según la prensa italiana, los navíos desplegados por los países de la UE en el marco de la operación no han llevado a cabo rescates de migrantes desde julio, aunque sus medios aéreos sí avistaron embarcaciones en dificultades.

En enero, Alemania anunció de hecho que retiraba su fragata Augsburg, asegurando que el mando italiano de Sophia la destinó “desde hace meses en un lugar donde no operaban” los traficantes de migrantes.

Actualmente, dos barcos patrullan el Mediterráneo central en el marco de esta operación: el Rayo de España y el Luigi Rizzo de Italia, que están apoyados por medios aéreos de España, Italia, Polonia y Luxemburgo.

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