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QUITO. La Constitución le permite a Moreno reemplazar al vicepresidente por un periodo máximo de tres meses por ausencia temporal por enfermedad u otra circunstancia de fuerza mayor.
El gobernante asignó mediante un decreto como vicepresidenta a María Vicuña, a cargo de la cartera de Desarrollo Urbano y Vivienda, durante el “período que dure la ausencia temporal” de Glas, en prisión preventiva en una cárcel de Quito.
Moreno justificó la medida argumentando que la reclusión de Glas es una “circunstancia de fuerza mayor” que le impide ejercer el cargo para el que fue elegido en los comicios de abril último, según el documento, que fue divulgado por la secretaría (ministerio) de Comunicación.
Poco antes, en la casa presidencial, Moreno dijo que “una persona que está encarcelada no puede cumplir con la función de vicepresidente” y agregó que “si es que la Asamblea (Legislativa) desea hacer un juicio político (contra Glas para destituirle) es su decisión. Si es que la justicia decide sentenciarlo también es su decisión”.
Esa fue la primera reacción de Moreno desde que Glas, vinculado a una investigación penal, pero aun sin cargos, por el caso Odebrecht -que en Ecuador afecta a 18 personas-, está en prisión preventiva por orden de un juez de la suprema Corte Nacional que tramita un proceso por supuesta asociación ilícita y que podría derivar en otros delitos como cohecho.
Glas, a cargo desde 2007 de sectores estratégicos en el gobierno de Rafael Correa y desde 2013 vicepresidente, se convirtió de este modo en el funcionario en ejercicio de más alto rango en ir a la cárcel por los millonarios sobornos pagados por la firma brasileña en Latinoamérica.
La prisión preventiva, mientras la Fiscalía decide si le imputa cargos o no, ahonda todavía más en la lucha de poderes entre Moreno y Correa, gran aliado de Glas, que ha puesto al oficialismo al borde de la ruptura.
Glas, encargado de sectores estratégicos durante los últimos siete años del gobierno de Correa, ha dicho que la acusación tiene intereses políticos y defenderá su inocencia ante la justicia local e instancias internacionales.
Correa y el vicepresidente, al que Moreno retiró en agosto las funciones en medio de la pugna de poderes, acusan al mandatario de aliarse con la oposición y de valerse de su cruzada contra la corrupción para destruir al correísmo.