Encariñados con el estilo sencillo de José “Pepe” Mujica, miles de uruguayos despidieron con tristeza el domingo de la presidencia al carismático exguerrillero y dieron la bienvenida a Tabaré Vázquez, aunque algunos dudan de que tome decisiones polémicas como hizo su antecesor.
Con un gesto de pesadumbre, Charo Baroni llegó a la Plaza Independencia, en en el centro de Montevideo, para ver a Vázquez recibir la banda presidencial, pero también para decir adiós a Mujica, cuyo estilo de gestión y decisiones cree que marcaron “un antes y un después” en Uruguay.
“Estoy agradecida por todo lo que ha hecho por los uruguayos, es el mejor presidente que hemos tenido. Me da pena que se vaya, Tabaré también es bueno, pero el Pepe, es el Pepe”, dice esta ama de casa de 66 años, a pocos metros de la tarima donde Vázquez recibió la banda presidencial.
En sus cinco años de gobierno, Mujica, de 79 años, captó la atención del mundo por su estilo austero de vida, que incluso lo llevó a ser calificado por medios internacionales como el presidente más pobre del mundo, así como por su discurso anticonsumista, pragmatismo y reflexiones sobre el rumbo de la humanidad.
“Da tristeza que se vaya, por su humildad y forma de ser, pero da alegría a la vez, porque Tabaré va a continuar el proyecto”, dice entre la multitud, Jorge Souza, un trabajador público que llegó desde el departamento de Paysandú (noroeste).
Con un estilo más sobrio que el de “el Pepe”, como llama la gente a su antecesor, Vázquez, un oncólogo de 75 años, volvió al poder después de haber gobernado de 2005 a 2010 por el Frente Amplio, cuando se convirtió en el primer mandatario de izquierda en este país sudamericano de 3,3 millones de habitantes.
Verónica, una analista de laboratorio de 24 años, celebra este día porque serán “cinco años más de lineamientos del Frente Amplio” , pero igualmente confiesa que le “da mucha lástima que se vaya Mujica” .
“Del Pepe admiro su franqueza, solidaridad. Que no está a la expectativa de lo que piensen los demás. No es políticamente correcto”, enumera la joven.
Aunque confía en la experiencia de Vázquez, Verónica admite -con un poco de vergüenza- que entre los dos su favorito “en realidad es Mujica”. “Es más decidido, por ejemplo, para mí fue crucial que apoyó la despenalización del aborto. Dijo: Se necesita (esto) y se hace”.
Durante su primera presidencia Vázquez había vetado la despenalización del aborto, un largo reclamo de la izquierda uruguaya que vio la luz durante la era Mujica.
Esta joven no cree que Vázquez tome decisiones tan polémicas como la legalización de la marihuana, la aprobación del matrimonio homosexual o la acogida como refugiados de sirios y expresos de la cárcel estadounidense de Guantánamo.
“No”, responde escuetamente cuando se le pregunta si ve a Vázquez tomando este tipo de medidas, también causantes de la fama de Mujica y de que Uruguay sea considerado uno de los países más progresistas de la región.
A Carmen Sosa también le cuesta imaginar al nuevo presidente impulsando proyectos polémicos como hizo Mujica. Es “posible que baje un poco” la atención internacional que ha recibido Uruguay porque “es más serio, habla menos. Es distinto al Pepe”, opina esta peluquera de 51 años, que va arropada con una bandera de Uruguay.
“Tabaré fue mi médico, entonces para mí es una excelentísima persona y a nivel nacional e internacional nos va a dejar bien parados”, defiende a su vez Nair Britos, confiada en que la misma dedicación de Vázquez por sus pacientes se verá en su presidencia.