LIMA. “Estas microalgas recibieron por casi dos años nutrientes para fortalecerlas con el objetivo que puedan absorber los contaminantes minerales” , explica Enoc Jara Peña, jefe de este equipo de investigación de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la más antigua de América.
Los nutrientes son nitrógeno, fósforo y potasio, y fortalecen a las microalgas para que combatan a los contaminantes y tengan una reproducción más rápida.
“Los trabajos ahora están centrados en la reproducción masiva de las fortificadas microalgas”, dice Jara, quien desde hace una década investiga el uso de hongos, plantas o enzimas para restaurar suelos y aguas.
El científico explica que estas microalgas pasaron su prueba de fuego al vencer “en dura lucha” a microorganismos que contaminaban el lago Junín y que los biólogos habían llevado al laboratorio limeño para la investigación.
El más contaminado
El lago Junín o Chinchaycocha está situado a unos 200 km al noreste de Lima, a 4.000 metros de altitud, y es el segundo más grande de Perú después del Titicaca, compartido con Bolivia.
De 530 kilómetros cuadrados, es el lago más contaminado en el país por residuos de minerales. Luego de ser reproducidas y fortalecidas las algas en Lima en recipientes con aguas contaminadas del Junín, se realizará una segunda etapa cerca del lago.
Los científicos montarán un laboratorio para conseguir toneladas de microalgas, que luego serán vertidas al lago. Después se realizará el seguimiento y evaluaciones para ver los avances en el proceso de descontaminación. Lo mismo harán en el río San Juan, afluente del lago, cuyas aguas han cambiado de color a raíz de la contaminación.
“Ya han habido buenos resultados en laboratorio de la descontaminación de aguas del lago. Las microalgas absorbieron los metales”, destaca Jara.
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Dos especies en peligro
La minería es el motor de la economía peruana, pero ha tenido impactos ambientales adversos en el entorno del lago Junín. Los dos principales símbolos del lago, el ave zambullidor de Junín (Podiceps taczanowskii) y la rana gigante (Batrachophrynus macrostomusse), están en peligro de extinción por la contaminación.
“Las amenazas (a estas ranas) van desde la contaminación minera, aguas servidas y caza para consumo”, dice el ecologista Luis Castillo, de la ONG Grupo Rana.
Alan Chamorro, de la ONG ECOAN, explica que ahora se considera al zambullidor de Junín como especie crítica. “Se han contabilizado unas 350 aves, tras un trabajo arduo de especialistas y la ONG para recuperarlas, pero en el 2000 solo habían unas 50”, indica.
“Si contáramos con apoyo”
Para la última etapa del experimento, colocar nuevamente las algas en el lago Junín, el equipo de biólogos necesita financiamiento. “Si contáramos con el apoyo del gobierno, de las regiones o de las empresa mineras de la región de Pasco que arrojan sus desechos a los ríos y que sus aguas van a dar al lago, se podría descontaminar en unos diez años” , dice Jara.
El equipo ha ganado fondos para investigación en concursos. “Ese dinero lo usamos para adquirir equipos y financiar expediciones” , sostiene el experto. Además, el grupo recibe un aporte de 21.000 dólares anuales de la universidad. “Nos sirve para seguir avanzando, pero nos faltan más recursos”, explica.
Purificar el Titicaca
El equipo científico hasta ahora solo ha trabajado en la “parte andina”, pero ha “identificado plantas que pueden combatir los suelos deteriorados por la minería” en la región amazónica de Madre de Dios, epicentro de la minería ilegal en Perú, dice Jara.
El mismo método también podría servir para limpiar las aguas del Titicaca, el lago navegable más alto del mundo (3.800 msnm), que recibe desechos mineros y aguas servidas de Perú y Bolivia.
“Lo primero es realizar una investigación para determinar los tipos de plantas y de algas que se pueden utilizar para la descontaminación del lago” Titicaca, explica el biólogo.