En parte lo atribuye al libro que escribió sobre su dramática experiencia.
“Me siento tan libre, que me siento en paz, tanto en mi cuerpo y espíritu. Antes no podía sonreírle a algunas cosas, pero ahora sí, porque no era feliz”, declaró Knight en Puerto Rico, de donde provenía su secuestrador, Ariel Castro, quien se quitó la vida en la cárcel en junio de 2013.
Castro, un conductor de autobús escolar y músico aficionado, fue condenado a cadena perpetua por el secuestro y violación de Knight, Georgina “Gina” DeJesus y Amanda Berry, así como de Jocelyn, la hija que tuvo con esta última, fruto de una violación.
“Estar en una casa donde viví tantos horrores, pues piensas que no puedes lograr algunas cosas. Ahora sí puedo hacerlo y me siento feliz y libre”, dijo Knight, de 33 años, quien mayo de 2013 logró escapar y dar la alarma sobre lo que allí sucedía.
Las jóvenes vivían encadenadas y fueron torturadas física y psicológicamente por Castro, que abusaba sexualmente de forma constante de las tres. De hecho, forzó cinco abortos de Knight a golpes.
“Luego de que te secuestran, tienes que reencontrarte. Es un proceso de una lucha constante, como una montaña rusa, para encontrarte quien eras, pero sabiendo que nunca serás la misma. Por lo que aprendes a aceptarte quien eres ahora y eso es el porqué el libro se llama ¡Libre al fin!”, resaltó Knight.
La mujer, quien fue la única en testificar contra Castro y acudir a la demolición de la casa donde vivió a la fuerza por once años, resaltó que escribir el libro “fue una aventura para sanar” todos los abusos que sufrió, para recuperar “confianza y fortaleza”.
“El libro da esperanza y fortaleza para otras personas que han pasado por lo mismo o han vivido situaciones difíciles, que sepan que puedan sobreponerse no importa lo que sea“, dijo Knight, quien visita a Puerto Rico por primera vez desde que tenía 5 años, pues su familia es de origen puertorriqueño.
Knight enfatizó que el haber sido humillada y abusada ”pudo haber sido una gran lucha y un camino arduo“ para seguir hacia adelante, pero aseguró que si pudo sobrellevar todas esas barbaridades, ”cualquiera puede lograrlo“.
Contó que tras quedar en libertad, tuvo pesadillas, pero que éstas poco a poco comenzaron a disiparse, y que a pesar de todas las torturas a las que Castro la sometió, no tuvo que acudir a sicólogos.
Hoy Knight cree en el amor ”porque a pesar de que te hieren, puedes volver a amar“, al punto de que tiene en agenda casarse y tener una familia grande, aunque no puede tener hijos debido a los golpes que recibió de Castro en el vientre de cada vez que quedaba embarazada.
Antes de ser secuestrada, Knight vivió una infancia y juventud difíciles por la inestabilidad de su familia. Fue violada por un familiar, se tuvo que ir de su casa a vivir debajo de un puente y se dedicó a vender drogas.
”Aprendí a no estar arrepentida de nada de lo que he hecho en mi vida, a pesar de todo lo que hice y las drogas que usé, aprendí que eso fue lo que me hizo en mi vida. Una mujer fuerte significa que tiene control de su vida", aseguró.
Knight tiene un hijo, Joey, nacido antes de su secuestro.