Once cadáveres decapitados fueron encontrados el jueves en una carretera del estado de Guerrero (sur de México) horas antes del esperado anuncio del presidente Enrique Peña Nieto de nuevas medidas para frenar la violencia en este país, conmocionado por la desaparición de los 43 estudiantes.
Los cadáveres fueron hallados en una vía cercana a la localidad de Chilapa horas después de que se reportaran balaceras en la zona, en una nueva matanza que azota al convulso Guerrero, donde hace dos meses se produjo la desaparición y posible masacre de los 43 estudiantes.
“Esta mañana fueron encontrados los cuerpos de 11 personas que además de ser ejecutadas fueron decapitadas y posteriormente algunas fueron incineradas”, dijo a la AFP una fuente de la Secretaría de Gobierno de Guerrero, que pidió el anonimato.
La fuente señaló que los cadáveres no llegaron a ser incinerados en su totalidad y que junto a ellos fue dejada una cartulina con un mensaje dirigido a un grupo criminal apodado ’Los ardillos’ que rezaba: “Ahí está su basura”.
Los 11 cadáveres fueron encontrados en una carretera que une la comunidad de Ayahualulco y Chilapa, a 330 km de Ciudad de México y a 40 de Ayotzinapa, donde estudiaban los 43 desaparecidos.
De acuerdo con un mando de la Policía Estatal, los muertos tenían entre 20 y 25 años y presentaban también heridas de armas de grueso calibre.
México vive la peor crisis política y de seguridad desde que Peña Nieto asumió la presidencia en diciembre de 2012 con la promesa de rebajar los fuertes niveles de violencia desatados a raíz de la lucha militar contra el narcotráfico de su predecesor, Felipe Calderón (2006-2012).
La desaparición de los 43 estudiantes de magisterio de Ayotzinapa la noche del 26 de septiembre en la cercana Iguala exhibió de nuevo la connivencia entre el narcotráfico y policías locales, uno de los principales motivos en los que Calderón argumentó su decisión de sacar al Ejército a las calles en 2006.
Los estudiantes fueron primero atacados por policías locales de Iguala y después entregados a miembros del cártel Guerreros Unidos, al que aparentemente servía el entonces alcalde de Iguala, ahora detenido.
Según la fiscalía, sicarios de Guerreros Unidos detenidos han confesado que asesinaron a los jóvenes, incineraron sus cuerpos y arrojaron los restos a un río, una versión que los investigadores tratan de confirmar mediante análisis forenses encargados a un prestigioso laboratorio de Austria.
Pese a que Peña Nieto asegura que los índices de asesinatos vienen a la baja, este brutal crimen se ha convertido en un símbolo de los problemas de seguridad que persisten en México, donde más de 100.000 personas han sido asesinadas o desaparecidas desde 2006.
La víspera del anuncio de este jueves, Peña Nieto reconoció que el crimen de Iguala, que ha generado algunas multitudinarias protestas, “marca un punto de inflexión para la Nación”.
“Sólo una actitud constructiva, una actitud positiva y de propuesta será la que nos permita modelar, entre todos, entre sociedad y Gobierno, el México que queremos tener y el México que queremos proyectar hacia el mundo entero”, dijo Peña Nieto en un evento público.
Se espera que el mandatario de un impulso a una serie de medidas contra la corrupción y que anuncie un proyecto de reforma de las fuerzas policiales municipales.
Peña Nieto no será el primer presidente mexicano en tratar de reformar la policía. Algunos de los 400.000 agentes federales, estatales y municipales no han superado los exámenes de confianza efectuados con pruebas como el polígrafo, un sistema que puso en marcha Calderón.
La Secretaría (ministerio) de Interior dijo este mes que el 13% de los agentes municipales suspendieron este examen, comparado con el 10% de los estatales y el 6% de los federales.
La ONG Causa en Común reportó esta semana que 42.214 agentes de los tres niveles siguen trabajando a pesar de no aprobar los exámenes.
Desde que asumió la presidencia, Peña Nieto ha lanzado un programa de prevención del delito que los expertos creen que tardará años en mostrar resultados y un nuevo cuerpo de 5.000 efectivos policiales con formación militar, la Gendarmería.