“No hay lugar para la autocomplacencia”, advirtió la Federación Internacional de Periodistas (FIP) en un comunicado, pese a la caída en doce asesinatos con respecto al año pasado (cuando hubo 93).
Pidió además “cautela” ante el “número sin precedentes” de periodistas encarcelados y exiliados y teniendo en cuenta que “la autocensura está ampliamente extendida y la impunidad de estos asesinatos, ataques y amenazas contra el periodismo independiente está alcanzando niveles epidémicos”.
La federación publicó hoy una lista detallada de los periodistas asesinados este año ya fuera en ataques premeditados, atentados con coches bomba o bien debido a un fuego cruzado: un total de 73 hombres y ocho mujeres.
Los países donde murieron en circunstancias violentas más trabajadores de medios en 2017 fueron México (13); Afganistán e Irak (11 en cada uno); Siria (10); India (6); Filipinas (4); Pakistán (4); Nigeria, Somalia y Honduras (3), y la República Dominicana (2).
La FIP atribuye a que 2017 haya sido el año menos mortífero para los periodistas en una década, en parte, a que hubo “menos puntos de inflamación en lugares antes altamente inestables” y, por otro lado, a “la pérdida de territorios por parte de algunos grupos armados que ha reducido la proximidad de estos profesionales a la línea de fuego en las zonas en combate”.
En concreto, recordó que en Yemen los combates entre las facciones beligerantes se encontraron en punto muerto durante la mayor parte del año y los periodistas estuvieron menos expuestos a ataques, mientras que los terroristas del autoproclamado Estado Islámico (EI) se dedicaron a la defensa de Siria e Irak, reduciendo progresivamente el grado de proximidad y contacto. “En Siria, México e India los asesinatos de periodistas presentan niveles aterradores, más mujeres periodistas han sido asesinadas, la impunidad de estos crímenes supera el 90 %, la autocensura campa a sus anchas y nunca se han registrado tantos periodistas encarcelados como en los últimos años”, advirtió no obstante el secretario general de la FIP, Anthony Bellanger.
Por su parte, el presidente de la FIP, Philippe Leruth, lamentó que, a pesar del descenso de asesinatos por tercer año consecutivo, “los niveles de violencia generalizada en el periodismo siguen siendo inaceptablemente altos”. “Lo más preocupante es que este descenso no está ligado a ninguna medida gubernamental para abordar la impunidad de estos crímenes contra periodistas”, alertó, y apuntó que, “al contrario, vemos cómo los patrones no han cambiado en los países más violentos como India o México, país en el que estos asesinatos se han disparado” y donde la prensa sufre la violencia por parte del crimen organizado.