El bloque de búsqueda encabezado por familiares de los jóvenes desaparecidos y la Unión de Pueblos y Organizaciones de Guerrero (Upoeg) halló en áreas aledañas a esta urbe 10 fosas clandestinas, siete con restos óseos y las otras con ropa que tenía sangre impregnada.
“Ni siquiera son fosas clandestinas, hay un cementerio clandestino en Iguala”, dijo a Efe Manuel Vázquez, el abogado de la Upoeg, una agrupación de civiles armados que surgió en enero de 2013 en la región de la Costa Chica de Guerrero para defenderse del crimen organizado.
El grupo de civiles que busca a los 43 estudiantes de la escuela rural para maestros de Ayotzinapa confía encontrarlos vivos a partir de las versiones de los propios pobladores.
El 26 de septiembre pasado policías municipales atacaron a tiros a los jóvenes presuntamente por órdenes del entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca, en unos enfrentamientos en los que seis personas murieron y 25 resultaron heridas.
Además, esa noche 43 alumnos fueron detenidos por policías y entregados al cártel Guerreros Unidos, quien se encargó de asesinarlos e incinerarlos para borrar su rastro, de acuerdo con las declaraciones de tres miembros del grupo criminal detenidos.
“Necesitamos agotar todas las investigaciones del pueblo porque el Gobierno dice que ya están quemados (según el testimonio de tres autores materiales) y nosotros no creemos para nada que ellos están muertos, pero respetamos la investigación que ellos hacen”, afirmó Vázquez.
“La gente dice que sí están vivos, nosotros confiamos en la palabra del pueblo, la gente que es la que vive y ve y para nosotros están vivos y por eso estamos en búsqueda”, insistió en una entrevista telefónica.
Los familiares, quienes también se niegan a creer que sus hijos están muertos, esperan los resultados de las pruebas genéticas que realiza un laboratorio de Austria a los restos óseos hallados en un basurero y un río del municipio de Cocula, vecino a Iguala.
Desde que inició la búsqueda en octubre pasado en Iguala y sus alrededores, la Upoeg ha encontrado decenas de cadáveres en fosas clandestinas.
“No hay un dato (sobre cuántos cadáveres se han encontrado) porque todas las fosas que encontramos en principio notificamos al Gobierno y ya ellos son los que se han dedicado a cavar”, explicó Vázquez.
El abogado dijo que el grupo respeta el trabajo de localización del Gobierno, en el que participan unas 10.000 personas, pero insistió en que van a continuar por su cuenta esta labor hasta encontrarlos.
“Al principio cuando llegamos había mucho miedo, la gente no quería denunciar y tuvimos que trabajar con ellos a través de la inteligencia comunitaria. Pero la búsqueda ha estado dando resultados, gracias a la gente que está exigiendo justicia”, indicó.
El equipo forense argentino que realiza un peritaje independiente en las pesquisas sobre la desaparición de los 43 estudiantes a petición de los familiares ha dicho que participan en la identificación de 39 cuerpos hallados en varias fosas.
Los resultados de las pruebas genéticas realizadas a 24 de los restos confirman que no corresponden a los alumnos de Ayotzinapa, mientras que los demás están aún en proceso.
De momento, las autoridades mexicanas no han informado quiénes son las víctimas de estos entierros clandestinos.