Merkel hizo una encendida defensa de la emigración y del Pacto que hoy se aprobó en la localidad marroquí. Al final de su discurso, Merkel recibió una salva de aplausos de varios minutos de los delegados de los más de 150 países presentes en Marrakech, y a su salida de la sala el ministro marroquí de Exteriores, Naser Burita, dijo que la canciller “es valiente”.
Burita se refería a la oposición que el “Pacto Global para la migración ordenada, segura y regular” ha despertado en numerosos países del centro de Europa y en la misma Alemania, que, sin embargo, no han hecho ceder a la canciller en su decidida defensa del documento.
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“La emigración trae prosperidad”, dijo Merkel, en respuesta a “las ansiedades y temores, más la información falsa que difunden quienes se oponen al pacto”, añadió, antes de abogar en todo momento por el multilateralismo para afrontar esta realidad.
Merkel reconoció que hay un importante flujo de emigrantes ilegales que transita por vías irregulares, pero ante esa realidad “no deben ser las mafias las que decidan cómo las personas cruzan las fronteras”, sino que se necesita un marco regulatorio claro.
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El Pacto que hoy se firmó en Marrakech se compromete precisamente “a proteger las fronteras, expedir documentos convenientes para las personas y ayudar a la readmisión de los emigrantes que así lo deseen”, explicó la canciller.
De forma nada casual, Merkel hizo alusión al propio pasado nazi de Alemania, “que causó gran sufrimiento”, y recordó que entonces se respondió al nacionalismo exacerbado con el multilateralismo, que definió como “respuestas comunes a problemas globales”.