“Espero sinceramente que se haga todo lo posible para seguir acompañando con compasión al pequeño Alfie Evans y que pueda ser escuchado el profundo sufrimiento de sus padres”, dijo el Papa el miércoles en Twitter.
“Rezo por Alfie, por su familia”, agregó. Alfie Evans, de 22 meses, está hospitalizado desde diciembre de 2016. Padece una enfermedad neurológica degenerativa rara que no fue definitivamente diagnosticada por sus médicos y que requiere asistencia respiratoria.
El equipo médico del hospital para niños Alder Hey de Liverpool, donde está internado, consideró que el mantenimiento en “cuidados continuados no sería lo mejor para el interés” del bebé.
La justicia británica dictaminó en favor del hospital, que puede poner fin al tratamiento en contra de la opinión de los padres. En Estrasburgo, la Corte europea de derechos humanos rechazó una demanda de sus padres, al considerar que no se había constatado ninguna violación de derechos humanos.
Los padres de Alfie Evans, Tom Evans y Kate James, ambos veinteañeros, afirmaron que desean explorar otros tratamientos especializados en Italia y esperan que los médicos del hospital pediátrico de Bambino Gesu en Roma puedan aportar un nuevo diagnóstico.
Los progenitores han lanzado una campaña de movilización en las redes sociales, que ha recibido más de 220.000 firmas y una recaudación de fondos para intentar lograr sus objetivos.