El viaje de Melania Trump a una región que su esposo calificó el año pasado de “países de mierda” hace que su visita sea percibida como un intento de acercamiento y de hacer su propio camino diplomático.
La primera dama en Washington visitó con semblante relajado un hospital en la capital de Ghana, Accra, donde saludó a las madres y sus recién nacidos.
Melania Trump no ofreció ningún discurso, pero aquellos que compartieron con ella dijeron que, contrariamente a su imagen misteriosa, fue “cálida” y “amable” en vivo.
“Es muy amable, cercana e interactiva”, dijo Rabiu Fauziya, una enfermera de pediatría de 28 años que ayudó a Trump en su recorrido por la sala de neonatal en el hospital.
Luego, se reunió con la primera dama de Ghana, Rebecca Akufo-Addo, en la residencia presidencial, Jubilee House, donde intercambiaron regalos.
Melania Trump llegó a Accra a media mañana y recorrió la alfombra roja en el aeropuerto de Kotoka ante una fila de estudiantes en uniforme amarillo y marrón, que agitaron banderas de Ghana mientras grupos interpretaban música tradicional.
La primera dama, que organizó este viaje por iniciativa propia, según su entorno, parecía muy sonriente, según periodistas de la AFP que se hallaban en el lugar.
Es la primera vez que Melania Trump viaja al continente africano.
Se trata de una “visita diplomática y humanitaria” en la que se interesará esencialmente por los niños y “su bienestar” a través de su campaña #BeBest ("ser mejor"), según su equipo de comunicación.
Melania Trump, tercera esposa del presidente Donald Trump, viajará luego a Malawi, Kenia y Egipto, antes de retornar a Washington el 7 de octubre.