“La situación es insoportable, catastrófica, y en numerosos lugares de Siria ya no hay presencia médica” , dijo el doctor Ubaida al Mufti, integrante de la Unión de Organizaciones Sirias de Socorro Médico (UOSSM), una ONG que cuenta con el apoyo del ministerio francés de Relaciones Exteriores.
En Alepo, segunda ciudad del país, funcionan sólo cinco hospitales, tres de ellos en forma parcial, denunció UOSSM. En esa zona, controlada por la oposición, viven 360.000 personas rodeadas por las fuerzas gubernamentales.
“Sólo quedan 30 médicos"que “además de atender a los heridos de guerra, deben enfrentar la reaparición de enfermedades como la polio, la tuberculosis, la sarna o la fiebre tifoidea”, contó Abdelaziz, un médico de Alepo, que no dio su apellido por razones de seguridad.
En Guta Oriental, un suburbio de Damasco sitiado por las fuerzas gubernamentales, “no existe ninguna posibilidad de hacer entrar ayuda humanitaria”, denunció otro profesional.
En las zonas bajo control del grupo Estado Islámico (EI), “los médicos pueden trabajar pero no cuentan con el apoyo de ninguna ONG debido a que se fueron del territorio” , dijo otro participante en la conferencia de prensa que tuvo lugar en la sede del ministerio francés de Relaciones Exteriores.
En Raqa, bastión del grupo EI, en el norte de Siria, donde viven 1,6 millones de habitantes, “no hay ningún servicio de obstetricia, de ginecología o de pediatría, los servicios son muy limitados”, explicó.
Según el doctor Al Mufti, en la actualidad, 80% de los partos en Siria se efectúan en el domicilio y gran parte de los niños no reciben las vacunas básicas.
Los médicos de la UOSSM, que cuenta con 300 puestos médicos y 12 dispensarios en todo el territorio sirio, intentan trabajar en todas las zonas del país, sin tener en cuenta quién las controla. “Somos neutrales. Pero sufrimos la violencia de todos y nadie tiene garantías de nadie”, agregó Al Mufti, que dio cuenta de 300 médicos muertos en los últimos tres años.
Desde marzo de 2011, cuando comenzaron las manifestaciones en Siria, cuya represión dio origen a una guerra civil, el conflicto provocó la muerte de más de 200.000 personas y 6,5 millones de desplazados.