Desde que estalló el conflicto sirio en 2011, MSF no obtuvo permiso para actuar en las áreas gubernamentales, aunque sí pudo trabajar en los territorios controlados por los rebeldes. Este miércoles, la oenegé hizo su primer llamamiento público al gobierno sirio para poder tratar a las personas necesitadas, independientemente del lugar en el que se encuentran.
“MSF sigue la ética médica para proporcionar atención, basando el tratamiento ofrecido únicamente en la necesidad médica y no en las opiniones políticas ni afiliaciones del paciente”, señaló Meinie Nicolai, directora general de MSF, en un comunicado de la organización.
“Podríamos comenzar a trabajar en cuestión de días, en caso de recibir autorización, y podríamos jugar un rol profundamente beneficioso junto a otros proveedores de atención médica, sirios e internacionales”, añadió.
La oenegé indicó que había enviado su petición al ministerio de Relaciones Exteriores sirio en abril, sin haber recibido respuesta hasta el momento. “Si nuestra oferta es rechazada una vez más, continuaremos haciendo lo que podamos, donde podamos, porque hay una gran cantidad de personas con una enorme necesidad de atención médica en Siria hoy”, aseguró Nicolai.
El régimen de Bashar al Asad perdió amplias zonas de Siria en las primeras fases de la guerra contra los rebeldes, pero logró recuperar la gran mayoría, con la ayuda de las fuerzas militares rusas. En los últimos meses, las tropas gubernamentales lograron reconquistar zonas rebeldes alrededor de Damasco, entre ellas la región de Guta Oriental, tras estrechar su cerco sobre ella con intensos bombardeos.