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McCarrick, un exarzobispo de Washington de 88 años, es el primer cardenal en perder el capelo rojo, ya que otros religiosos de su rango que han sido sancionados por abusos sexuales mantuvieron su membresía en el Colegio Cardenalicio y su título honorífico de “eminencia”.
Las acusaciones en contra de McCarrick, que se hicieron públicas el mes pasado, se conocen en momentos en que Francisco enfrenta una crisis en Chile por un creciente escándalo de abusos sexuales de varios sacerdotes que ha afectado duramente la imagen de la Iglesia. “El Papa Francisco aceptó su renuncia como cardenal y ordenó su suspensión del ejercicio de cualquier ministerio sacerdotal, junto con la obligación de permanecer en una residencia que se le indicará para llevar una vida de oración y penitencia hasta que las acusaciones formuladas en su contra se analicen en un regular proceso canónico”, dijo El Vaticano en un comunicado. El Vaticano dijo además que el Papa quería enviar un mensaje fuerte apuntando a que el rango de cardenal ya no es un escudo. “El punto importante es que McCarrick ya no es cardenal. Lo que esto significa es que no importa cuán importante sea tu posición (...) cuando se trata de abusos sexuales deberás ser responsable. Ese es el mensaje enviado hoy”, dijo Greg Burke, portavoz de la Santa Sede, a Reuters Televisión. El escándalo en torno a McCarrick ha golpeado con fuerza a la Iglesia estadounidense, ya que se trata de un religioso respetado por décadas y que fue confidente de papas y presidentes. El mes pasado, funcionarios de la Iglesia estadounidense dijeron que era creíble la acusación que aseguraba que McCarrick abusó sexualmente de un adolescente hace casi 50 años.
Desde entonces, varios hombres han denunciado que McCarrick los había obligado a dormir con él en una casa en la playa en Nueva Jersey cuando eran seminaristas.
McCarrick ha dicho que no tenía “ningún recuerdo”, de el presunto abuso al adolescente hace 50 años, pero no ha comentado las otras acusaciones.