La mayoría de la población brasileña quiere que la Cámara de Diputados abra un proceso contra el presidente del país, Michel Temer, denunciado por la Fiscalía, y también exigen que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva sea encarcelado, según una encuesta divulgada hoy por Datafolha.
El 89% de los entrevistados dijeron ser partidarios de que la Cámara baja acepte la denuncia que presentó la Fiscalía contra Temer por organización ilícita y obstrucción a la Justicia, mientras que apenas el 7% de la población se mostró contraria a la denuncia, que apartaría a Temer del cargo por seis meses de ser aceptada.
Una primera denuncia por corrupción pasiva presentada en junio pasado por la Fiscalía contra Temer fue finalmente rechazada por el pleno de los diputados, con una clara diferencia de 263 votos frente a los 227 que se pronunciaron por enjuiciar al mandatario.
Ese resultado fue impuesto por una sólida mayoría parlamentaria que el oficialismo conserva y que, según se afirma en los círculos políticos, se mantiene firme frente a la nueva denuncia, que sería de ese modo igualmente rechazada.
Según Datafolha, el 54% de los entrevistados se mostraron favorables a que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva sea encarcelado por las varias denuncias que hay contra él vinculadas a la gran red de corruptelas alrededor de la petrolera estatal Petrobras. Por contra, el 40% aseguraron que no hay motivos para detener a Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010. Otro 5% no se pronunció.
Lula fue condenado en primera instancia por el juez federal Sergio Moro a 9 años y medio de prisión por haber recibido supuestamente un apartamento en el litoral del estado de São Paulo de la constructora OAS a cambio de favores políticos.
La sentencia debe ser juzgada ahora en segunda instancia. En caso de que sea confirmada, Lula sería encarcelado y no podría presentarse a las elecciones generales de 2018, a las que ya aseguró que quiere aspirar al frente del Partido de los Trabajadores.
Datafolha divulgó el sábado un sondeo según el cual Lula lidera las intenciones de voto para los comicios del año que viene, en el que obtendría el 35% de los sufragios y ganaría en segunda vuelta ante todos sus rivales, excepto si su oponente es el juez Moro, con el que empataría técnicamente.
El apoyo a la prisión del expresidente es mayoritaria entre las personas con más nivel de estudio (el 69% tiene nivel superior y el 37% estudios básicos) y entre los más ricos: defienden su prisión el 76% de los más ricos y el 42% de los más pobres.
Según Datafolha, la mayoría de la población considera que, a pesar de las denuncias que hay en su contra, Lula no será preso, algo que opinan el 66% de los encuestados.
El sondeo también reveló un empate técnico, del 44%, entre los que creen que la corrupción disminuirá tras la operación Lava Jato, en la que hay decenas de políticos implicados y varios encarcelados, y aquellos que creen que todo continuará como siempre. Otro 9% considera que las corruptelas aumentarán en los próximos años.
El 62% de los brasileños afirmaron que la corrupción causa más daño al país que la incompetencia de los gobiernos, mientras que el 80% está de acuerdo con que “la corrupción es inaceptable en cualquier circunstancia”.
El 74% rechazó la frase de que “si un gobernante administra bien el país, no importa si es corrupto o no”.
El sondeo de Datafolha se realizó en 194 ciudades brasileñas entre el 27 y el 28 de septiembre y tiene un margen de error de dos puntos.