MASAYA, Nicaragua. Ante nuevos ataques desde la mañana, una comitiva de obispos de Nicaragua llegó a la ciudad, 30 km al sur de Managua con el fin de “evitar otra masacre”.
Pobladores de la ciudad se volcaron a las calles llorando, de rodillas y agitando banderas blancas de la paz, y azul y blanco para recibir a los obispos.
Un equipo de AFP en el barrio Monimbó, foco de la resistencia en Masaya, constató el disparo de armas de fuego y morteros de fabricación casera, mientras pobladores denunciaron que las tropas gubernamentales prendieron fuego a algunas casas.
El secretario de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPD), Álvaro Leiva, denunció que están siendo empleados fusiles AK 47 y Dragonov, que son armas de combate que solo el ejército puede utilizar.
“Hago un llamado al presidente Ortega que detenga la matanza en contra de pueblo de Monimbó”, manifestó Leiva, tras considerar que “es incongruente hablar de diálogo y estar asesinando a mansalva al pueblo”.
Pobladores también reportaron ataques a la ciudad turística de Granada, donde grupos antimotines usaron palas mecánicas para removar las barricadas.
“Es lamentable ver a nuestros hermanos cómo caen. Si tuviéramos armas, sería armas contra armas, pero esto es muy desigual. Ayúdenos contra estos asesinos que están matando a nuestro pueblo”, imploró un poblador de Monimbó, que no se identificó.
Habitantes de este poblado salieron a las calles con machetes y morteros de fabricación casera para defenderse del asalto.
El dirigente estudiantil Cristian Fajardo, del Movimiento 19 de Abril, dijo que se escucharon detonaciones de armas de fuego en el norte de la ciudad por donde “avanzan unos 500 hombres encapuchados y fuertemente armados”.
La población se mantuvo encerrada en sus casas mientras antimotines y hombres encapuchados y armados recorrieron las calles disparando y quitando las barricadas populares, según videos mostrados en la televisión.