El Departamento de Policía de San Luis informó de que, en la noche del domingo y la madrugada de hoy, 80 personas fueron arrestadas y se confiscaron cinco armas.
Esas detenciones se suman a las 32 que ya fueron efectuadas a lo largo del fin de semana durante las protestas que estallaron el viernes, cuando un juez declaró no culpable al expolicía blanco Jason Stockley de la muerte en 2011 del joven negro Anthony Lamar Smith, de 24 años.
El policía blanco creía que Smith estaba traficando con drogas en la puerta de un restaurante, así que comenzó a perseguirlo en su coche patrulla, momento en el que el joven se estrelló contra un árbol y el agente se acercó a él, rodeó su vehículo y lo disparó, supuestamente en defensa propia porque el sospechoso tenía un arma.
El magistrado el viernes consideró que Sotckley no era culpable de los cargos que se le imputaban porque se vio obligado a disparar debido a la “conducta peligrosa” del joven negro.
Con gritos de “¡Sin justicia, no hay paz!” , centenares de personas se echaron a las calles este fin de semana mientras lucían pancartas con las palabras “Black Lives Matter” ("Las vidas negras importan") , lema del movimiento que denuncia la violencia policial contra los afroamericanos.
Durante todo el fin de semana, se repitieron las protestas pacíficas por el día y los incidentes violentos durante la noche, aunque la manifestación del domingo con más de mil asistentes fue la más numerosa de los últimos días, según afirman los organizadores.
En respuesta, la policía desplegó toda su fuerza y usó gas pimienta para tratar de dispersar a un grupo de manifestantes que, una vez acabada la manifestación, seguía en las calles.
De esa forma, durante la noche, un grupo de “agitadores” rompió con ladrillos y macetas las ventanas de comercios y trató de cortar algunas de las principales calles de la localidad de San Luis volcando cubos de basura, según informó la alcaldesa de la ciudad, la demócrata Lyda Krewson.
“Hemos visto de nuevo que la mayoría de los manifestantes no eran violentos”, afirmó Krewson en una rueda de prensa durante la madrugada del lunes.
“Los días se han desarrollado de manera calmada, pero las noches han sido destructivas. Cuando los organizadores anuncian que las protestas diurnas han terminado, un grupo de agitadores se queda, aparentemente, decidido a romper ventas y destruir propiedades. Eso no es aceptable”, añadió la regidora.
Según el jefe de policía en funciones de San Luis, Lawrence O'Toole, un grupo violento atacó a los agentes con piedras y con productos químicos líquidos que almacenaron en botellas.
“Algunos criminales atacaron a los policías, les lanzaron químicos y rocas. Todas las heridas de los policías son menores y volverán al trabajo pronto”, indicó O'Toole.
Las protestas que vive San Luis, en el estado de Misuri, evocan las que se produjeron a pocos kilómetros de distancia, en la localidad de Ferguson, en agosto de 2014, cuando un policía blanco mató al joven negro Michael Brown y, posteriormente, fue exonerado de todos los cargos.
La muerte de Brown y de otras personas de raza negra por disparos de policías blancos han provocado numerosas protestas contra la violencia policial en los últimos años.