El director de la entidad, Mario Polanco, explicó que durante el periodo analizado 1.490 personas fueron agredidas, de las que 323 murieron y el resto resultaron heridas, lo que evidencia la incapacidad de las autoridades para reducir esta práctica.
“Los linchamientos en Guatemala han representado una cultura de violencia, dolor y muerte. Este fenómeno hasta el momento no se ha logrado controlar por parte de las autoridades, creciendo cada día la violencia, principalmente las muertes provocadas por estos actos, que lejos de solucionar un problema intensifican la escala del conflicto”, resumió el activista.
El escrito detalla que el departamento de Guatemala es donde más linchamientos se producen, con 22 casos de los que 3 fueron muertes, y de hecho el último de ellos tuvo lugar el pasado fin de semana, cuando una turba enrarecida quemó a dos presuntos delincuentes a los que acusaban de hacer asaltos en la zona.
“Este fenómeno nos hace quedar como una sociedad violenta”, dijo Polanco, quien abogó por impulsar una transformación conjunta para cambiar a una cultura de paz y democracia que permitirá acabar con este “fenómeno tan terrible”.