En nueve meses, la organización defensora de la libertad de prensa tiene identificados ya 56 asesinatos de periodistas ligados al ejercicio de su profesión, uno más que en el año anterior. A ellos se suman otros diez que RSF está investigando para determinar si su muerte tiene que ver con su oficio.
“El número alarmante de muertos nos recuerda la necesidad urgente de proteger más a los periodistas. RSF pide que se nombre un representante especial del secretario general de la ONU. Nuestra iniciativa tiene el apoyo de un número creciente de Estados, de 130 medios, organizaciones y sindicatos del mundo entero”, indicó el secretario general de la organización, Christophe Deloire.
Las cifras de 2018 marcan un “cambio de la tendencia”, puesto que 2017 había sido el año con menos asesinatos de periodistas desde hacía 14. RSF señaló que más de la mitad de las muertes registradas (29) este año tuvieron lugar en escenarios de guerra, con Afganistán como país más peligroso con 13 muertes, la mayor parte de ellas en un doble atentado que costó la vida a 10 reporteros el 30 de abril en Kabul, el más mortífero del país desde la caída de los talibanes en 2001.
El otro país directamente señalado por la organización es Yemen, con cinco periodistas asesinados, bien bajo los bombardeos que sufre el país, bien víctimas de los malos tratos que sufren en las prisiones. Dos periodistas fueron asesinados en Somalia, mientras que persisten las dudas sobre el asesinato de tres reporteros rusos en la República Centroafricana en julio.
Pakistán, Palestina y Siria cuentan también con dos asesinatos cada uno, indicó RSF, que señaló que en este último país apunta a una caída importante con respecto a 2017, cuando se registraron 9 casos.
“Una tendencia a la baja que no debe ocultar los riesgos crecientes que corren los periodistas-ciudadanos sirios por contar el conflicto. Seis de ellos y un colaborador de medios de comunicación, han sido asesinados desde enero de 2018”, señaló la organización.