El viceprimer ministro malasio, Ahmad Zahid Hamidi, precisó hoy que a partir del próximo lunes se les exigirá visado a todos los viajeros norcoreanos que visiten su país como medida de seguridad nacional, en declaraciones a la agencia oficialista Bernama.
La acción se hará efectiva tres semanas después de la muerte de Kim Jong-nam, quien fue envenenado con un potente agente tóxico en una terminal de salidas del aeropuerto de Kuala Lumpur.
Malasia imputó el miércoles por el crimen a dos detenidas, mientras continúa con la investigación del asesinato, que según el gobierno surcoreano fue planificado por el régimen de Kim Jong-un.
La indonesia Siti Aisha y la vietnamita Doan Thi Huong asaltaron al norcoreano Kim Jong-nam mientras este imprimía la tarjeta de embarque y le restregaron el rostro con el agente nervioso VX, que terminó en cuestión de minutos con su vida.
La Policía malasia considera que las dos mujeres fueron reclutadas para cometer el asesinato por los cuatro norcoreanos que huyeron a Pyongyang el mismo día del crimen.
Las sospechosas, por su parte, alegan que creían haber sido contratadas para gastar una broma a la víctima para un programa de televisión.
Las autoridades malasias también han pedido interrogar a un diplomático de la embajada norcoreana y un empleado de la aerolínea estatal que habrían sido vistos despidiendo a los cuatro sospechosos en el aeropuerto.
Además de las dos mujeres, también fueron detenidos por este caso un químico norcoreano, a quién aún no se le imputan cargos y cuya detención provisional concluye el viernes, y un malasio que fue puesto en libertad poco después.
Una delegación norcoreana llegó el martes a Kuala Lumpur para reclamar el cuerpo de Kim Jong-nam, quien viajaba con un pasaporte diplomático a nombre de Kim Chol.
Corea del Sur y Estados Unidos atribuyeron el asesinato de Kim Jong-nam a agentes norcoreanos, mientras que Pyongyang cuestionó al investigación policial y acusó a las autoridades malasias de conspirar con sus enemigos.