Maduro remató así una jornada durante la cual protagonizó varias alocuciones televisadas diurnas y vespertinas en las que no pasó de denunciar “una operación sicológica” y un plan de “sabotajes a la economía” que achacó a individualidades de Colombia y EE.UU.
Pero al anochecer subió la intensidad de la denuncia y dijo que a Colombia “llegó un equipo desde Miami junto a (el exembajador estadounidense) Roger Noriega, dirán ellos cómo Maduro sabe tanto, pero lo tengo que decir, porque tiene que ver con mi vida: llegó un grupo de expertos con un veneno y están preparados para venir a Venezuela a inocularme el veneno a mí”.
“No para que me muera en un día, no, para enfermarme en el transcurso de los meses que están por venir. ¿Me quedo callado? Tengo que denunciarlo y enfrentarlo. Ellos no lo van a lograr, tengan la seguridad de que no van a lograrlo, porque yo voy a vivir muchos años y voy a ser presidente de este país por muchos años”, subrayó.
Adicionalmente, remarcó que perdió confianza en su colega colombiano, Juan Manuel Santos, y que por ello evalúa toda la relación bilateral, tras conminarlo a que informe del plan para envenenarlo y asimismo recriminarle que haya recibido este miércoles al líder opositor venezolano, Henrique Capriles.
Capriles fue el principal rival de Maduro en los comicios del 14 de abril pasado, en los cuales denuncia ahora internacionalmente que fue víctima de un fraude y por ello impugnó el proceso electoral ante el Supremo de Justicia, que aún no se pronuncia.
“Aquí está nuestra mano para respetarnos, pero se ha violado el acuerdo de Santa Marta” que comprometió a Santos a no inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela, añadió Maduro tras llamar a su colega a “que haya rectificaciones” y que sean “a tiempo”.
Mientras tanto, subrayó, “seguiremos evaluando todas nuestras relaciones con el Gobierno actual de Colombia”.
El gobernante venezolano efectuó sus señalamientos un día después de que su canciller, Elías Jaua, afirmara que “los más altos poderes del Estado colombiano” forman parte de una “conspiración abierta contra la paz en Venezuela”.
Jaua reaccionó asimismo a la reunión privada que el mismo miércoles sostuvo en Bogotá el presidente de Colombia con Capriles.
Maduro dijo hoy que Capriles, quien reclama la repetición de las elecciones, fue a dar su visto bueno al plan de sabotaje y a la operación sicológica ideados, entre otros, dijo, por el expresidente colombiano Álvaro Uribe, el estadounidense Noriega y un venezolano que identificó como JJ Rendón que aseguró es asesor de Santos.
Este plan, manifestó Maduro, contempla “sabotajes” a la disponibilidad de divisas y a la oferta de productos de consumo masivo e incluye una adicional infiltración en su país de “un grupo de sicarios” con el objetivo de “ asesinar a soldados venezolanos”.
Se trata de “un plan de conspiración contra la paz de Venezuela desde Bogotá” y “lamentablemente cuenta con el apoyo del más alto nivel de algunas instituciones del Estado colombiano“, remarcó inicialmente, pero luego acusó a ”todo el Estado colombiano“.
Sobre la ”operación sicológica“, Maduro le achacó la intención de ”dividir“ a ”fuerzas revolucionarias“ y destruir moralmente a sus líderes, entre ellos el jefe del Parlamento, el oficialista Diosdado Cabello, para posteriormente atentar contra su vida.
Maduro dijo tener las pruebas de sus denuncias y estar dispuesto a mostrarlas, pero en privado. ”Tengo los elementos probatorios para demostrar a cualquiera en el mundo, en privado tendría que ser, porque no voy a revelar las fuentes preciosas que ha logrado construir la Inteligencia del Estado revolucionario venezolano“, dijo.
Capriles dijo hoy mismo en Colombia, aunque antes de que Maduro denunciara a ”todo el Estado colombiano“, que el asunto no pasaba de ”bravuconadas“, ”disparates“, ”barbaridades“ y ”declaraciones destempladas“ a modo de ”cortina de humo" para tapar problemas internos venezolanos.