Luisiana busca superar tensión racial en funeral de 3 policías

El vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, y la fiscal general, Loretta Lynch, asistieron a una ceremonia en memoria de los agentes de policía de Baton Rouge asesinados por un joven negro que buscaba venganza por las víctimas de la brutalidad policial.

WASHINGTON. El 17 de julio pasado, un veterano de guerra negro realizó una emboscada y asesinó a tiros a tres policías en Baton Rouge: el ayudante del Sheriff, Brad Garafola, y los oficiales de policía de la ciudad Montrell Jackson y Matthew Gerald.

El tirador, Gavin Long, que falleció por los disparos de la policía, dejó también tres heridos y el hecho volvió a abrir las tensiones raciales que causó la muerte a manos de la Policía de un joven negro, Alton Sterling, el 5 de julio en la misma Baton Rouge.

La muerte de Sterling, de 37 años, es un nuevo ejemplo de la severidad que emplean algunos agentes contra sospechosos de raza negra, algo que en esta ocasión ha desembocado en dos matanzas de agentes del orden: el 7 de julio en Dallas (Texas), donde murieron cinco policías, y el pasado 17 de julio en Baton Rouge.

Biden aseguró hoy en el funeral que los oficiales muertos son un ejemplo de “lo mejor que puede ofrecer este país”, y que toda la sociedad tiene una deuda con ellos.

“Era un asesino que no solo tenía como objetivo a los policías, sino a su ciudad y todo el país (...). No distinguió entre agentes blancos o negros. Solo quería una oportunidad para matar”, aseguró Biden sobre Long.

El vicepresidente dijo que la ciudad de Baton Rouge comenzó a cicatrizar sus heridas cuando los familiares de Sterling rezaron con los familiares de los policías muertos y lloraron sus muertes.

Alton Sterling falleció el 5 de julio a tiros cuando ya había sido reducido por la Policía y no suponía una amenaza a la seguridad de los agentes.

La emboscada de Baton Rouge se dio solo diez días después de otra similar en Dallas (Texas) , en la que otro veterano de guerra asesinó a cinco policías en supuesta venganza por la represión contra los afroamericanos.

Un vídeo colgado en internet por Long días antes del tiroteo deja entrever que estaba inspirado por los asesinatos de Dallas, ejecutados en solitario por Micah Xavier Johnson, durante una protesta pacífica por la muerte de Sterling.

La fiscal general afirmó que es necesario que “el odio no infecte nuestros corazones”, al tiempo que pidió a la comunidad que no pierda la esperanza ante “una violencia incomprensible, que parece decir que el mundo está roto y es irreparable”.

El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, aseguró que la ciudad y todo el estado de Luisiana “necesita cerrar heridas” y “reemplazar violencia y odio por amor y paz”.

El jefe de la oficina del Sheriff de Baton Rouge, Sid Gautreaux, aseguró en la vigilia que la comunidad no puede “cerrarse tras las puertas”, sino que debe salir y unirse.

“La bondad -subrayó Gautreaux- abre puertas y solo la bondad podrá ayudarnos a cicatrizar las heridas”.

Tras las matanzas de policías de Dallas y Baton Rouge, el presidente de EE.UU., Barack Obama, mantuvo reuniones con fuerzas de seguridad y la sociedad civil para rebajar tensiones y explorar medidas que eviten disputas entre fuerzas del orden y algunas comunidades, entre ellas mejor formación en resolución de conflictos para policías.

La espiral de violencia y protestas que se ha desatado desde la muerte de Sterling en Baton Rouge ha sido utilizada durante la campaña previa a las elecciones presidencial del 8 de noviembre, que enfrentarán al republicano Donald Trump y a la demócrata Hillary Clinton.

Trump ha utilizado estos hechos para posicionarse como el candidato de “la ley y el orden”, mientras que Clinton ha propuesto reformas y programas sociales para evitar el aumento de las tensiones raciales.

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