Los supervivientes de Auschwitz siguen en la batalla por la paz

OSWIECIM. Los supervivientes de los campo de exterminio de Auschwitz, en Polonia, que el papa Francisco saludó este viernes, siguen librando batalla por la paz, a más de 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial.

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“Quiero que hable de la paz en el mundo. Es que Francisco es demasiado bueno. No debemos dejar que nos maten. El amor por el prójimo es una cosa, pero se necesita el castigo por los pecados”, sostiene Walentyna Nikodem, nacida en 1922, tatuada con el número 8.737. Deportada en julio de 1942 a Auschwitz con la madre (que murió en el campo de concentración) , permaneció allí hasta 1944, de donde fue trasladada a Flossenburg, para ser liberada en 1945.

“Me emocionó ver al Papa. Quería arrodillarme ante él, pero me abrazó, me dio dos besos. Ha sido el mayor regalo que me ha dado la vida por todo lo que he vivido”, comentó a la AFP Janina Iwanska, de 86 años, católica, internada en el campo en agosto de 1944 después del alzamiento de Varsovia, la mayor rebelión civil contra la Alemania nazi y que duró dos meses.

“Tengo la impresión de que el Papa vino especialmente para vernos. Los otros vinieron a visitar el campo y a saludar a los supervivientes. Francisco me parece que vino porque fuimos rescatados, porque dentro del campo nada dependía de nosotros. Alguien veló por nosotros”, sostiene la anciana polaca, católica, quien venera a la Virgen Negra de Czestochowa, que dice la salvó de esa horrible muerte en los campos de exterminio, donde un millón de personas fueron ejecutadas.

Para Alojzy Fros, numero 136.223, detenido en abril de 1943 por conspiración, el Papa debe hablar de los refugiados. Los derechos de los refugiados hace parte de las batallas que Francisco libra, lo que irrita a las autoridades polacas, contrarias a recibir el número que le impone la Unión Europea. “Me gustaría que el Papa me diga qué piensa de verdad sobre la situación en Polonia, en Europa, sobre los refugiados. Es una persona muy humana, cercana a la gente, uno de nosotros”, dice.

“Hemos perdonado y nos han perdonado. No hay que hablar tanto del pasado, hay que recordarlo y hablar a los jóvenes para que los horrores de la Segunda Guerra Mundial no se repitan”, sostiene. “No podemos volver a vivir ese horror. Están ocurriendo en este momento cosas terribles, como el asesinato del cura dentro de una iglesia en Francia”, comentó el superviviente católico.

Fros, que en diciembre cumplirá 100 años, autor del libro Mi historia, pasó los primeros dos meses de detención en la enfermería de Auschwitz. Hablando con la AFP recuerda haber visto entonces una puerta entreabierta con una pila de cuerpos humanos desnudos amontonados unos sobre otros como en una fábrica. “Después supe que eran prisioneros considerados no aptos que habían sido eliminados con una inyección al corazón”, rememoró consternado. “Cuando cierro los ojos aún veo esa imagen. No la olvidaré jamás”, confiesa.

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