La playa de Copacabana, la más famosa de Río, estaba repleta de flores blancas devueltas por el mar y que habían sido depositadas en las aguas por numerosas personas mientras realizaban sus oraciones en la orilla.
Río de Janeiro es la ciudad de Brasil con más fieles del umbanda, una religión sincrética que mezcla los ritos del candomblé africano y del catolicismo.
No obstante, la tradición de depositar flores en el mar en honor a Yemanjá se ha extendido más allá de la religión y es practicada por gran número de brasileños que no profesan ninguna religión de origen africano.
Al margen de las ofrendas florales, los brasileños cumplen hoy otras tradiciones típicas de Nochevieja como vestirse de blanco, de la cabeza a los pies, para desear paz en el año nuevo.
Se espera que esta noche cerca de dos millones de personas se congreguen en Copacabana vestidas de blanco para presenciar el espectáculo de fuegos artificiales y los conciertos de samba que se van a realizar en cuatro escenarios ya instalados en la playa.
Miles de personas acudieron hoy a la playa temprano por la mañana para guardar un lugar para la fiesta y además para aprovechar el día soleado con temperaturas de 38 grados centígrados.
Ante la mirada de los bañistas y los fieles de Yemanjá, un barco remolque colocó en frente a la playa once plataformas flotantes desde donde se van a quemar 24 toneladas de fuegos artificiales a la medianoche.