El impuesto, que rige desde el lunes, se agrega al peaje urbano de 11,5 libras que pagan desde 2003 los automovilistas que circulan en el corazón de Londres de 07:00 a 18:00 del lunes al viernes, una medida tomada por el exalcalde laborista Ken Livingstone para luchar contra los atascos.
En total, los conductores de coches en circulación antes de 2006 o los coches diésel más contaminantes deberán pagar 21,5 libras por día para circular en el centro de Londres.
El nuevo impuesto, anunciado por el alcalde de Londres Sadiq Khan en febrero, forma parte de las medidas destinadas a reducir la contaminación, entre las que figuran la retirada progresiva de los autobuses y taxis que utilizan diésel y la introducción de una zona de muy baja emisión a partir de 2019.
Gran Bretaña también planea prohibir la venta de coches a gasolina y diésel a partir de 2040 para reducir las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2).
Según las cifras oficiales, la contaminación mata más de 40.000 personas por año en el país y provoca una epidemia de enfermedades respiratorias, en particular entre los niños.