El Gobierno británico expulsó la semana pasada a 23 diplomáticos rusos en represalia por el envenenamiento con un agente nervioso de Skripal y su hija Yulia el pasado día 4 en Salisbury, en el sur de Inglaterra, que Londres considera debido a una probable implicación rusa.
En respuesta a esa medida, Moscú procedió a expulsar el mismo número de funcionarios británicos y hoy, según los medios, ha pedido a Londres que reduzca su personal diplomático al mismo nivel que el que tiene Rusia en el Reino Unido, cuyo número no ha sido revelado.
“Es lamentable, pero a la luz del comportamiento previo de Rusia, anticipábamos una respuesta. No obstante, esto no cambia el asunto de que ha sido un intento de asesinato de dos personas en suelo británico, por el que no hay otra conclusión alternativa de que ha sido culpable el Estado ruso”, señaló una portavoz de Exteriores.
La portavoz agregó que Rusia viola el derecho internacional y la Convención sobre Armas Químicas y resaltó que las medidas de otros países, que expulsaron también diplomáticos rusos en solidaridad con el Reino Unido, “demuestra la profundidad de la preocupación internacional”.
El antiguo espía ruso permanece hospitalizado en estado crítico, pero fuentes oficiales indicaron ayer que el estado de Yulia Skripal ha mejorado y, según algunos medios, ya podría hablar.