Desde que asumió su cargo a comienzos de 2018, Otero se ha puesto como objetivo “renovar” el sector agropecuario en América y consideró que la región del sur del continente se ha convertido en la vanguardia de este “desafío” en sus prácticas, tecnologías y conocimientos. “Brasil tiene el modelo más exitoso de la agricultura tropical. Argentina, Uruguay y Paraguay son modelos de agricultura templados. Chile es un gran ejemplo como una potencia agroalimentaria de nichos. Acá se está demostrando que sí se puede”, destacó.
Eso que “sí se puede” en Sudamérica es el concepto que Otero quiere trasladar al resto de países del continente para generar un bloque unido y unificado en sus propuestas para llegar a ser una región cuya agricultura y ganadería sean referentes a nivel internacional. A eso es a lo que llama “el IICA como puente”, tratar de que se desarrollen “más y mejores políticas” en pos del “desarrollo armónico integrado” y que se genere la “gestión del conocimiento y la cooperación sur-sur”. “Yo quisiera llevar toda esa tecnología, buenas prácticas o conocimientos (de Sudamérica), construyendo puentes desde el sur a otras regiones que tienen el desarrollo más atrasado”, concretó.
Este proceso integrador que atisba Otero ya se está viendo reflejado, a su juicio, en el palpable intento de acercamiento de bloque regionales en el interior del continente. Puso como ejemplo al Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) con la Alianza del Pacífico (compuesto por Chile, Colombia, México y Perú).
“Es un largo camino a recorrer, como lo recorrió la Unión Europea a través de sus diferentes estadías y logró lo que logró, que parecía impensable”, acotó Otero. De ahí el enfoque tiene que pasar a un nivel mundial para potenciar el sector agropecuario americano como referente comercial para el resto de bloques internacionales. “El gran objetivo es fortalecer nuestra presencia en los mercados internacionales, que hoy es del orden de entre el 13 y el 14 %, pero que consideramos que podría ser incrementado si evolucionan las negociaciones comerciales o si tenemos una posición más agresiva en materia de posición comercial”, señaló el director del IICA.
Otero centró su atención en las “diferencias” entre los países del continente, que muchas veces han generado distanciamiento entre unos y otros, y aprovecharlas. “Cuando hay diferencias hay grandes posibilidades de complementar esfuerzos. En este caso quizá la frase sería que las diferencias unen. Además de eso, lo que nos está uniendo es el común denominador que es el deseo de participar más agresivamente en los mercados internacionales”, remarcó. Un camino que empieza, a su criterio, en “impulsar una visión renovada de la agricultura”, principal reto que ha asumido al frente de la institución.
“La agricultura, para que sea considerada un sector estratégico y prioritario de nuestras economías, tenemos que venderla como un sector que genera divisas, empleo, dinámicas en los territorios y se encadena con los otros sectores de la economía ” , explicó Otero. Además, la necesidad de dar “ prestigio ” al sector agropecuario abrirá la posibilidad de desarrollo y prosperidad a los países que siguen ese criterio. “ Hay que dejar esa visión reducida y acotada de la agricultura y hay que pasar a la visión más multidimensional que interactúa permanentemente con otros sectores”, dijo.
A la vez que ayudar a renovar el sector agropecuario, Otero tiene el reto de renovar el IICA para “adecuarlo” a los nuevos desafíos, siendo un ente que forma parte de la Organización de Estados Americanos (OEA). “La era tradicional de la cooperación técnica está agotada y necesitamos repensar los organismos internacionales como instituciones modernas que hagan aportes concretos y sustantivos para intentar solucionar o hacer contribuciones importantes a los problemas de los países o las regiones”, puntualizó Otero.