En una entrevista difundida el lunes por el canal NBC para promover su libro “The president is missing” (El presidente ha desaparecido) , en colaboración con el exitoso novelista James Patterson, Clinton, de 71 años, enfrentó airado varias preguntas sobre su infame romance con la pasante de la Casa Blanca de 22 años a la luz del movimiento #MeToo contra el acoso y la agresión sexual.
Reveló que nunca pidió disculpas personalmente a Lewinsky y, aunque dijo que el #MeToo le gusta, precisó que no concuerda con todos sus preceptos. También aseguró que si su presidencia y el escándalo hubiesen ocurrido en 2018, habría actuado de la misma manera.
“Creo que hice lo correcto. Defendí la Constitución”, respondió al ser consultado sobre si no hubiese sido mejor renunciar a la Casa Blanca en vez de luchar contra el impeachment que le inició el Congreso por mentir bajo juramento sobre su relación con la joven, 27 años menor que él. Clinton fue finalmente absuelto por el Senado.
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“Nunca he hablado con ella”, dijo el expresidente. “Dije públicamente en más de una ocasión que lo lamentaba. La disculpa fue pública” , afirmó. El periodista insistió sobre si creía que debía aún disculparse personalmente con Lewinsky, pero Patterson, también presente en la entrevista, le interrumpió: “Esto pasó hace 20 años. Vamos, hablemos de JFK, hablemos de LBJ. Paremos, ya”.
“Lidié con esto hace 20 años” y “desde entonces he intentado hacer un buen trabajo, con mi vida y con mi obra”, sostuvo Clinton a continuación. “Eso es todo lo que tengo que decir”.
En febrero, Lewinsky, de 44 años, publicó un artículo en la revista Vanity Fair donde relata haber sufrido de estrés postraumático por el inmenso escrutinio público provocado por el caso. Estimó que no fue víctima de una agresión sexual por parte de Clinton, pero sí de un “craso abuso de poder”.
Las críticas contra el exmandatario arreciaban en Twitter. “Conozco a Bill Clinton. Me gusta Bill Clinton”, pero “lo tratamos con guantes de seda en esto, a pesar de los tiempos cambiantes. Esta era una oportunidad para un ’mea culpa’ e introspección. Su reflexión defensiva no le sirve sus intereses, los de Lewinsky o los del #MeToo”, opinó la columnista de ABC, CNN y Telemundo Ana Navarro.
Donald Trump Jr., hijo del actual presidente, usó la ironía. “Aplausos por siempre marcar el camino como el primer hombre en asumir públicamente de alguna manera el papel de víctima por sus acciones contra las mujeres. ¡Audaz! Estúpido... ¡pero audaz!”, tuiteó.
Bill Clinton, marido de la derrotada presidenciable Hillary Clinton, se quejó por su lado de la poca prensa ligada al tema que tiene el actual presidente Donald Trump, acusado de varios amoríos antes de llegar a la Casa Blanca y que fue grabado jactándose de que puede “agarrar a las mujeres por el coño” cuando quiere.
Nadie mencionó a la exfuncionaria de Arkansas Paula Jones, que denunció haber sido acosada sexualmente por Clinton en 1991, cuando éste era gobernador del estado, un caso que se saldó con un acuerdo amistoso por 850.000 dólares en 1998.
El #MeToo, nacido del escándalo desatado por más de un centenar de acusaciones de acoso, agresión sexual o violación contra el exproductor de Hollywood Harvey Weinstein, ha derribado a decenas de hombres poderosos del entretenimiento a la gastronomía, pasando por la política y los medios.
La novela de Clinton y Patterson, de unas 400 páginas y editada por Alfred A. Knopf y Little, Brown and Co., es un thriller sobre la súbita desaparición de un presidente estadounidense en funciones. El lunes encabezaba las ventas en Amazon.
Clinton, un fan de los thrillers de Patterson, ha publicado varios libros de no ficción y su libro de memorias “Mi vida” (2004) es un best-seller. Pero nunca antes había escrito una novela.
Patterson, autor o coautor de más de 150 libros que han vendido más de 300 millones de copias, contó que “el peor ataque posible contra Estados Unidos ocurre en este libro. Y si sucediese, esta es la manera en que sucedería”.