Fue durante su segunda aparición pública en dos días, con motivo de la festividad chií de la Ashura.
“Los saudíes consideran que el Yemen debe estar siempre sujeto a sus deseos y rechazan que sea independiente y valeroso”, dijo Nasralá, que añadió que las batallas que tienen lugar en ese país “expresan el odio de la familia Al Saud hacia los yemeníes” y reiteró que los chiíes hutíes terminarán “venciendo” el conflicto.
El conflicto en el Yemen estalló cuando los rebeldes chiíes ocuparon en septiembre de 2014 la capital y otras provincias del norte y centro del país, tras lo que el Gobierno yemení se trasladó a la ciudad meridional de Aden.
La guerra se recrudeció en marzo de 2015, cuando una coalición militar liderada por Riad intervino directamente en el conflicto a favor de las fuerzas leales al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, el único reconocido por la comunidad internacional, que huyó de Aden y se exilió en Riad.
Por otro lado, Nasralá aseguró que “la lucha histórica” del pueblo palestino está agotando a la ocupación sionista y convenciendo a los israelíes de que la Intifada palestina es un derecho de ese pueblo para combatir la ocupación israelí.
Asimismo, en cuanto a la controvertida frontera entre Líbano e Israel, el líder de Hizbulá aseguró que su grupo mantendrá teniendo “el ojo puesto en ella” sin dejar de estar involucrado en Siria, donde lucha del lado del presidente Bachar al Asad.
En referencia a las críticas recibidas por la presencia de sus combatientes en la región, expresó que aquellos que les denuncian quieren que permanezcan “sentados en casa para que venga el Estado Islámico (EI), los estadounidenses y los israelíes, y destruyan la región como lo están haciendo con Siria y el Yemen”.
La festividad de la Ashura conmemora el martirio de Husein, nieto del profeta Mahoma asesinado junto a un grupo de sus compañeros en el siglo VII durante la batalla de Kerbala (Irak).