El tribunal les ha encontrado culpables de preparar el lanzamiento de misiles durante el levantamiento popular armado que estalló en febrero de 2011 y que acabó con el régimen de Gadafi, tras ocho meses de conflicto armado.
La sentencia de cadena perpetua ha recaído sobre un ciudadano ruso identificado como Alexander, acusado de ser el cabecilla del grupo.
Esta es la primera sentencia emitida por un tribunal libio contra mercenarios extranjeros.
Desde el estallido de los enfrentamientos armados, los rebeldes libios acusaron en repetidas ocasiones a las fuerzas gadafistas de emplear en sus filas mercenarios de distintas nacionalidades, especialmente de Chad, Níger o Nigeria.
Varias ONG denunciaron también en su día la detención indiscriminada de ciudadanos de estas tres últimas nacionalidades por colaborar, supuestamente, con los gadafistas.