El jefe de las Fuerzas Armadas de Letonia, Raimonds Graube, explicó en declaraciones a la televisión pública letona que los proyectiles que van a adquirir serán del tipo Stinger, que fabrica Estados Unidos.
Estos misiles son portátiles y se guían por infrarrojos, según su fabricante, y los emplean los ejércitos de una treintena de países y hasta la fecha han servido para derribar al menos 270 aviones. El emplazamiento de los Stinger sería la base militar letona a Adazi, en las proximidades de Riga, según medios locales.
El plan de compra se comenzó a diseñar tras una reciente visita de Graube a Estados Unidos, pero por el momento no se ha alcanzado un acuerdo en torno al volumen de misiles que adquirirá Letonia ni sobre el precio final, reconoció el militar.
La noticia se hizo pública poco después de que se difundiese la información de que las patrullas aéreas de la OTAN en los países bálticos habían interceptado en la última semana 22 aviones militares rusos que operaban de forma irregular junto al espacio aéreo de Estonia, Letonia o Lituania.
En lo que va de año estas violaciones de las convenciones internacionales de la aviación rusa ascienden a más de 250, la mayor desde el fin de la Guerra Fría.
Los países bálticos han reforzado sus defensas desde la intromisión de Rusia en el conflicto ucraniano, ya que consideran que Moscú lleva a cabo una política de expansionismo agresivo.
Además, como miembros de la OTAN, han pedido ayuda a sus socios en la alianza para mejorar la supervisión de su espacio aéreo y sus fronteras terrestres con Rusia.