“Es parte de un proceso, es una grieta que se va a convertir en una grieta más grande (...) que va a terminar rompiendo el dique”, dijo López en la residencia del embajador de España, donde se refugió el martes tras ser liberado de su prisión domiciliaria por los insurrectos.
López negó así que el alzamiento que lideró junto con el opositor Juan Guaidó, reconocido como mandatario interino por medio centenar de países, hubiera fracasado.
“El quiebre ha comenzado”, aseguró el dirigente, subrayando que lo que comenzó el martes “es un proceso irreversible”, pues los militares “se dieron cuenta que no están solos”.
Tras llamados infructuosos de Guaidó a la Fuerza Armada para que se sumara a la sublevación, los rebeldes pidieron asilo en la embajada de Brasil y López se refugió en la residencia del embajador español.
“Nosotros nos hemos preparado para esto. Esto no es improvisado”, afirmó López, anunciando que “van a venir más movimientos en el sector militar”.
López confió igualmente en “que sean semanas para (que se produzca) el cese de la usurpación”, como se refieren los opositores a la salida de Maduro, a quien acusan de haber conseguido la reelección de manera “fraudulenta”.
Más temprano, la justicia ordenó la recaptura de López, pero el gobierno español afirmó que “en ningún caso contempla” su entrega a las autoridades venezolanas “ni su desalojo de la Residencia del Embajador”.