“Hasta que no veamos hechos, todo lo demás es parloteo”, dijo Lavrov durante la conferencia sobre seguridad celebrada en la ciudad alemana de Múnich, un día después de que la justicia estadounidense inculpara a 13 rusos por su presunta injerencia en los comicios de 2016.
Lavrov se negó a valorar las inculpaciones en sí mismas, pero estimó que las declaraciones de las autoridades estadounidenses son contradictorias.
“No tengo reacción porque se publica cualquier cosa, vemos una multiplicación de acusaciones, afirmaciones y declaraciones”, afirmó.
Y argumentó que el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y una responsable del departamento de Seguridad Interior habían asegurado que “ningún país influyó en el resultado de la elección” en Estados Unidos.
Responsables estadounidenses afirmaron en el pasado que la victoria de Trump no fue el resultado de una injerencia rusa, pero que Moscú intentó efectivamente invitarse al proceso.
Por su parte, el asesor de seguridad nacional de Trump, H.R. McMaster, consideró en Múnich que “las pruebas son realmente irrefutables” contra Rusia en este tema. “Rusia debería revaluar qué trama porque simplemente no funciona”, afirmó, presentado como prueba que el Partido Republicano y el Partido Demócrata están excepcionalmente unidos a la hora de imponer sanciones a Rusia.