El caso de Michael Brown, que esta semana volvió a desatar protestas y disturbios en Ferguson (Misuri), plantea cuestiones como si el sistema judicial estadounidense trata igual a los diferentes grupos étnicos, si los policías son castigados cuando disparan a civiles o si persisten las tensiones raciales.
Según datos de la Oficina de Estadísticas del Departamento de Justicia (BJS) el 59 % de las personas en cárceles estatales o federales pertenecen a minorías étnicas, con un 37 % de afroamericanos y un 22 % de hispanos.
El estudio muestra que, en diciembre de 2013, el 3 % de los hombres afroamericanos del país estaban en prisión, frente al 1 % de los hispanos y al 0,5 de los varones blancos.
En lo que se refiere a las mujeres, en 2013 habían ingresado en prisión el doble de negras que de blancas.
Sobre estas desigualdades, un informe de la organización “The Sentencing Project” muestra que los afroamericanos tienen más posibilidades de sufrir condenas más largas, mientras que los latinos son más propensos a estar en desventaja cuando la justicia tiene que decidir si los encarcela o no.
Esta organización, que aboga por un sistema judicial justo, subraya que ambas minorías étnicas sufren en Estados Unidos condenas más duras que la población blanca, especialmente cuando se trata de delitos contra la propiedad o acusaciones de tráfico de drogas.
Por ello, se les imponen mayores condenas y dos de cada tres personas en prisión por este delito son personas negras.
En concreto, casi la mitad (47,9 %) de los condenados por delitos de drogas en tribunales federales son hispanos, mientras que los afroamericanos componen el 26,5 % de los procesados y los blancos el 22,4 %, según la Comisión de Sentencias de Estados Unidos, una agencia independiente de la rama judicial.
La presión de una policía militarizada y la pobreza, la segregación y el desempleo que afectan en mayor medida a estas minorías dan pistas sobre estas cifras, explicó a Efe Vanesa Cárdenas, vicepresidenta del “Proyecto 2050”, que estudia los cambios demográficos y raciales en el país.
Esta experta hizo hincapié en la creciente encarcelación de hispanos, fenómeno que ligó con el crecimiento demográfico que experimentan los 52 millones que actualmente viven en el país y que en 2050 se espera que lleguen a 132, pasando de representar el 16,7 % al 30,2 % de la población, según proyecciones del censo de 2010.
“Los latinos están siguiendo las mismas tendencias que los afroamericanos. Por los mismos crímenes, son castigados a un nivel más alto que los blancos. Sortean los mismos obstáculos en cuanto a pobreza o persecución policial”, afirmó Cárdenas.
Esta experta, autora del estudio “Nación para todos: Unos Estados Unidos que funcione para todos” , ve “un mismo patrón” en el trato que la policía y el sistema judicial da a afroamericanos e hispanos y, por ello, alerta de que “el próximo Michael Brown podría ser latino”.
Cárdenas advierte de que mientras las minorías comienzan a convertirse en mayorías, las desigualdades económicas siguen creciendo, gestándose un “cóctel molotov” de marginación y desconfianza.
Latinos o afroamericanos, la incógnita sigue siendo cómo el país de la “libertad y justicia para todos” reinventará su cultura de “crisol de razas” para afrontar los retos demográficos futuros.