En una publicación realizada en colaboración con Alemania y con la coalición EQUALS Skills, la Unesco pide a empresas y gobiernos que no se utilicen por defecto voces de mujer en los asistentes vocales y que se desarrollen sistemas “que no sean ni masculinos ni femeninos”.
También preconiza que los usuarios puedan elegir el tipo de voz y que estén programados de forma que no favorezcan los insultos sexistas. Es una respuesta a la fuerte proliferación de aplicaciones digitales con asistencia vocal, que en la mayor parte de los casos (como ocurre con Alexa, de Amazon) tienen nombres y voces femeninas y una personalidad “dócil”.
El nombre elegido para el estudio es la respuesta que había programado Apple para su aplicación Siri cuando recibía insultos, “I'd Blush if I Could” (me sonrojaría si pudiera).
La Unesco quiere que los creadores de asistentes digitales recuerden a sus usuarios que detrás de la tecnología lo que hay es una máquina y al mismo tiempo que se fomente la difusión de conocimientos técnicos entre las chicas y mujeres para que participen en la concepción de esos dispositivos tanto como los hombres.
Los autores del estudio han constatado que los países con mayor igualdad de género, en particular en Europa, son los que tienen una menor proporción de mujeres preparadas para hacer carrera en el sector de la tecnología.
Por el contrario, en los países conocidos por una mayor discriminación de géneros, sobre todo en el mundo árabe, es donde hay un mayor porcentaje de mujeres con estudios superiores en nuevas tecnologías.
Así, en Bélgica, sólo un 6% de los titulados en tecnologías de la información y la comunicación son mujeres, mientras en los Emiratos Árabes Unidos son el 58%.
La directora de la división sobre la igualdad de géneros de la Unesco, Saniye Gülser Corat, se quejó de la situación actual en la que “las máquinas obedientes y serviles que se presentan como mujeres ” hayan entrado en nuestras vidas con la inteligencia artificial porque eso tiene consecuencias. “Su servilismo programado influye sobre la forma en que los hombres se dirigen a las voces femeninas”, añadió.