La nueva ley fue aprobada con los votos a favor del gobernante Partido Popular (PP, derecha) y UPN, mientras que los socialistas y los parlamentarios del partido liberal UPyD se abstuvieron.
El resto de partidos votaron en contra de esta ley, que tuvo su origen en una iniciativa legislativa popular, que llegó al Congreso avalada por 600.000 firmas para pedir que la fiesta de los toros se convirtiera en Bien de Interés Cultural (BIC).
Sin embargo, el PP introdujo unas enmiendas para convertir la Fiesta en Patrimonio Cultural Inmaterial en lugar de ser un BIC e instó al Gobierno a dar un “impulso a los trámites necesarios para la solicitud de la inclusión de la Tauromaquia en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.
El presidente de la Comisión de Cultura del Congreso, el diputado conservador Juan Manuel Albendea también abogó por que el ejecutivo apruebe un plan nacional para proteger la tauromaquia.
La nueva ley, que ahora pasará al Senado para su último trámite y aprobación definitiva, llega después que en enero de 2012 entrara en vigor en la región de Cataluña (noreste) la prohibición de las corridas de toros.
El parlamento regional catalán había aprobado en julio de 2010 esta prohibición, que entonces también tuvo su origen en una petición firmada por 180.000 ciudadanos que pedían abolir las corridas de toros. La prohibición afectó a La Monumental de Barcelona, la única plaza que seguía entonces en activo en Cataluña.
Tras esta prohibición, en que Cataluña se convirtió en la segunda región en abolir los toros tras las islas Canarias en 1991, los aficionados a la Fiesta anunciaron una campaña de firmas para acudir al Parlamento nacional y lograr una ley de protección de los toros.