En una imagen publicada en las redes sociales y cuya veracidad no se pudo confirmar, se muestra el cadáver de Tomislav Salopek en el suelo y con la cabeza sobre la espalda, junto a una bandera del grupo terrorista. El breve texto que acompaña a la foto indica que el rehén croata fue asesinado porque “su país participa en la guerra contra el Estado Islámico”.
Su decapitación se llevó a cabo “al expirar el ultimátum” dado por Wilayat Sina y después de que “renunciaran a él (Salopek) el gobierno apostata egipcio y su país”, según la nota. El pasado 5 de agosto, la filial del EI se atribuyó el secuestro del ciudadano croata y aseguró que iba a matarlo en 48 horas si las autoridades egipcias no liberaban a las “mujeres musulmanas” encarceladas en Egipto. Este mensaje fue enviado en un vídeo en el que aparecía Salopek de rodillas junto a otra persona vestida de militar y con el rostro tapado con un pasamontañas.
En esa grabación, titulada “un mensaje al Gobierno egipcio”, no se concretaba en ningún momento la fecha exacta en la que expiraba el ultimátum dado a las autoridades de El Cairo para satisfacer las exigencias del grupo extremista. Salopek, de 30 años, casado y con dos hijos, trabaja para la empresa francesa Compagnie Generale de Géophysique (CGG) en El Cairo, y fue secuestrado el pasado 22 de julio.
El pasado 1 de diciembre, el EI reivindicó el asesinato del ingeniero estadounidense William Henderson, de 58 años, y empleado de la petrolera Apache, quien fue asesinado el 6 de agosto anterior en circunstancias confusas. Hasta la muerte de Henderson, el anterior ataque reivindicado por este grupo con víctimas extranjeras fue perpetrado contra un autobús de turistas surcoreanos en febrero de 2014.
Wilayat Sina ha asumido la autoría de los atentados más mortíferos cometidos en Egipto, principalmente contra las fuerzas de seguridad, desde julio de 2013, cuando fue derrocado el entonces presidente Mohamed Mursi.