Según Villanueva, esto “quiere decir que está intentando corregir esa situación anómala e injusta”. En declaraciones a Efe durante su participación en la apertura del V Congreso Internacional del Español que acoge Salamanca (noroeste de España), se refirió al hecho de que actualmente solo ocho mujeres integren la nómina de 46 académicos.
“Fue una enorme equivocación en el siglo XIX rechazar a la primera mujer que se propuso, que fue la hispano-cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda, luego se repitió con Emilia Pardo Bazán y hubo que esperar al año 1977 para que entrara Carmen Conde”, recordó.
También comparó este recorrido histórico con el realizado por otras academias, como la francesa, que esperó a 1980 para incorporar como primera académica a Marguerite Yourcenar, aunque apostilló que “eso no disculpa el error” de la RAE por esperar tanto.
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Por ello, insistió en que la academia está “intentando corregir esa situación anómala, injusta y que no tiene ninguna justificación”. En materia de igualdad, la RAE tiene “una especial sensibilidad hacia el machismo en todas sus manifestaciones y eso también toca a aspectos lingüísticos”.
Sin embargo, avisó de que “una cosa es el machismo y otra la gramática”, por lo que justificó su oposición a que se “manipule la estructura de un idioma en función de una suposición que nosotros no podemos compartir”.
Con estas palabras, Villanueva se refería a que “el machismo es una conducta, un comportamiento social que está en la sociedad” , mientras que “la lengua es el instrumento para comunicarse, no la causa de ningún problema”.
“Es simplemente la expresión de una realidad que por otra parte, en lo que se refiere a la gramática y a la estructura de la lengua no se ha improvisado, esto es el fruto de siglos y siglos decantación y las lenguas son como son, tienen sus particularidades”, explicó.
Sobre el contenido de las publicaciones y diccionarios de la RAE, Villanueva destacó que “continuamente” se revisan las definiciones y acepciones, ya que hay “una evolución” que se va adaptando a la sensibilidad del momento, también en materia de igualdad.
En este sentido, puso como ejemplo que un término como 'embajadora', que hace unos decenios tenía una acepción que apuntaba a que era “la esposa del embajador”, actualmente “evidentemente no” figura en el diccionario, donde sí se incluye que es “ la representante de un país en otro extranjero”.
“Porque hay embajadoras, por suerte”, añadió. Y precisó que la RAE “nunca cambia la lengua”, sino que lo que hace es “recoger lo que hay, quien cambia la lengua es el hablante, el conjunto de hispanohablantes”.
Por ello, el director de la academia cree “imposible” que en el seno de esta institución sus integrantes aborden la preferencia por el genérico femenino frente al masculino que se usa para referirse a las personas de forma general, independientemente de su sexo.
“Hay quizás una suposición errónea, como es que porque a alguna persona o grupo se le ocurra cambiar un elemento estructural de la gramática del español, eso va a ir a misa, y eso no es así”, puntualizó.