Según la agencia de la ONU, “el modelo de agricultura respetuosa con el medio ambiente denominado ’ahorrar para crecer’ que promueve la FAO, puede incrementar de manera sostenible los rendimientos de la yuca en un 400% y lograr que pase de ser alimento para pobres al cultivo del siglo XXI”.
En su “guía de campo”, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), que cita, entre otros, el ejemplo de Colombia, describe “cómo aplicar este modelo a la producción de yuca (mandioca) en pequeña escala (y) explica que la producción mundial del tubérculo se ha incrementado en un 60 por ciento desde 2000 y se acelerará aún más en la década actual, al reconocer las autoridades su enorme potencial”.
Para la agencia de la ONU, “el enfoque de ahorrar para crecer (...) logra un mayor rendimiento mejorando la salud de la tierra, más que con el uso intensivo de insumos químicos. Ahorrar para crecer minimiza la perturbación del suelo causada por la labranza convencional -como el arado-, y recomienda el mantenimiento de una cubierta protectora de vegetación sobre el suelo”, agrega.
“En lugar de los monocultivos asociados normalmente a los sistemas agrícolas intensivos, ahorrar para crecer alienta cultivo mixto y la rotación de cultivos, y defiende el manejo integrado de plagas, que usa material de siembra libre de enfermedades y a los enemigos naturales de las plagas para acabar con los insectos dañinos, en lugar de pesticidas químicos”, asegura.
Tras citar el caso de Vietnam, donde “los campesinos que utilizaron tecnologías y prácticas mejoradas aumentaron los rendimientos de yuca de 8,5 toneladas a 36 toneladas, un aumento de más del 400%”, la FAO menciona a la República Democrática del Congo y a Colombia.
“En Colombia, la rotación del cultivo de yuca con frijol y sorgo impulsó los rendimientos, lo que no se había conseguido solamente con el uso de fertilizantes minerales”, puntualiza.
La FAO también estima que, “además de su importancia como fuente de alimentos y de seguridad alimentaria, la yuca también tiene una serie de usos industriales que le dan un gran potencial para estimular el desarrollo industrial rural y aumentar los ingresos rurales”.
Por último, “otra consideración importante es que, de los principales cultivos básicos en África, se espera que la yuca -dura y resistente- sea de los menos afectados por el cambio climático”.
No obstante, un congreso de científicos y de inversores (Banco Mundial, USAID, Fundación Bill Gates) se reunió en Italia a principios de este mes para intentar combatir un virus que se está expandiendo del este al oeste de África, amenazando a las plantaciones de mandioca, primera fuente de calorías para 300 millones de africanos.
El enemigo, la enfermedad del estriado marrón de la yuca (CBSD en inglés por Cassava Brown Streak disease), es solapado, pues los cultivadores no pueden detectarlo.
La FAO también se moviliza con un plan estratégico de cinco años (2010-2015) para luchar contra las enfermedades de la mandioca, que ve como “una amenaza mayor para la seguridad alimentaria”.
Sobre todo porque hay otras plagas que amenazan, como el virus mosaico de la yuca (CMD, en inglés) que priva cada año al continente de unas 50 toneladas del tubérculo.