La gripe española de 1918 fue un asesino más eficaz que la Gran Guerra

Este año se cumple un siglo de la pandemia conocida como la gripe española, que asoló Europa y el mundo causando millones de muertes.

PARÍS. La epidemia de gripe española, que dejó 50 millones de muertos entre 1918 y 1920, fue una hecatombe más mortífera que la Primera Guerra Mundial con sus 10 millones de soldados fallecidos.

 

¿Era española?

Los orígenes de la epidemia probablemente no tienen nada que ver con España. Pero entonces, ¿por qué persiste esta denominación?

Sin duda se debe al secreto militar que rodeaba la salud de los soldados durante la Primera Guerra Mundial y por ello los diarios de los países beligerantes no podían hablar de que había una epidemia que diezmaba sus tropas.

En contraste, la prensa podía escribir sin filtro sobre la gripe que azotaba a España, un país neutral donde no había censura.

 

Orígenes

El origen exacto de la epidemia no ha podido establecerse con total certeza. Se sabe que los primeros casos detectados fueron de soldados estadounidenses en Kansas, en el centro de Estados Unidos, en marzo de 1918.

Desde allí, la enfermedad habría migrado a Europa propagándose junto con las tropas.

La pandemia se expandió por todo el mundo en tres olas, la primera en la primavera boreal de 1918, que no fue tan mortífera como las dos posteriores, mucho más virulentas probablemente porque el virus había mutado volviéndose más agresivo.

 

Virus

El virus gripal que originó esta pandemia es del tipo A (H1N1), al igual que el agente responsable de la macroepidemia gripal de 2009 (que dejó 18.500 muertos según el balance oficial de la OMS y cerca de 200.000 muertos según dos estimaciones posteriores).

Se estima que todos los virus de la gripe tipo A que circulan hoy entre los humanos son descendientes directos o indirectos de la cepa del virus de 1918, pero en una versión menos virulenta.

 

Jóvenes

Actualmente las epidemias de gripe estacional son especialmente peligrosas para los ancianos y para los niños pequeños, en cambio, la gripe española tenía como característica un ensañamiento con los jóvenes. Sus víctimas predilectas eran las personas de entre 20 y 40 años.

 

Virulencia

Este virus era peligroso sobre todo para los pulmones, ya que provocaba una congestión muy grave de las vías respiratorias que hacía que los enfermos se asfixiaran.

La gravedad de la epidemia también se explica por el hecho de que había una guerra. Los movimientos de tropas ayudaron a la propagación del virus y las heridas y las privaciones lastraron las defensas de la población.

 

El impacto mundial

No hay un balance preciso de la epidemia. Según cálculos antiguos, esta plaga causó cerca de 21 millones de muertos. Pero estimaciones más recientes sitúan la cifra en 50 millones, después de que el virus infectara a un tercio de la población mundial.

Los investigadores Niall Johnson y Juergen Mueller estimaron en 2002 que el “verdadero balance” de la epidemia podría rondar los 100 millones de víctimas.

Muy pocas regiones del mundo escaparon a la pandemia. Australia fue uno de los países menos afectados gracias a una política estricta de cuarentena.

La creación en 1922, a instancias de la Sociedad de Naciones, del Comité de Salud y de la Organización de Higiene, antepasadas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) respondió en parte a una voluntad de poder combatir mejor este tipo de plagas.

 

Víctimas celebres

Entre las víctimas conocidas de la gripe española están el pintor austríaco Egon Schiele, fallecido el 31 de octubre de 1918, el poeta francés Guillaume Apollinaire (9 de noviembre de 1918) y su compatriota y dramaturgo Edmond Rostand (2 de diciembre de 1918).

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