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Un tesoro de 13,4 millones de registros expone los lazos entre Rusia y el multimillonario secretario de comercio del presidente estadounidense Donald Trump, los negocios secretos del principal recaudador de fondos del primer ministro canadiense Justin Trudeau y los intereses offshore de la reina de Inglaterra y más de 120 políticos de todo el mundo.
Los documentos filtrados muestran cuán profundamente se entrelaza el sistema financiero offshore con los mundos superpuestos de los actores políticos, la riqueza privada y los gigantes corporativos, incluidos Apple, Nike, Uber y otras compañías globales que evitan pagar impuestos mediante maniobras de contabilidad cada vez más imaginativas.
Una red offshore conduce hasta el secretario de Comercio de Trump, el magnate de acciones privadas Wilbur Ross, quien tiene una participación en una compañía naviera que ha recibido más de 68 millones de dólares en ingresos desde 2014 de una compañía energética rusa copropiedad del yerno del presidente ruso, Vladimir Putin.
En los datos filtrados aparecen los vínculos offshore de más de una docena de asesores de Trump, miembros del gabinete y grandes donantes.
Los nuevos archivos provienen de dos firmas de servicios offshore, con sede en Bermuda y Singapur, así como de 19 registros corporativos mantenidos por gobiernos en jurisdicciones que sirven como paradas en la ruta de la economía sumergida global. Las filtraciones fueron obtenidas por el periódico alemán Süddeutsche Zeitung y compartidas con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés) y una red de más de 380 periodistas en 67 países.
La gran promesa de los paraísos fiscales es el secreto: los entornos offshore facilitan la creación de empresas que son difíciles o imposibles de rastrear hasta sus propietarios. Si bien tener una entidad offshore a menudo es legal, el secreto incorporado atrae a lavadores de dinero, narcotraficantes, cleptócratas y otros que quieren operar en las sombras. Las empresas offshore, a menudo un simple “caparazón” sin empleados ni espacio de oficinas, también se utilizan en complejas estructuras de evasión fiscal que drenan miles de millones de las tesorerías nacionales.
La industria offshore “empobrece a los pobres” y “profundiza la desigual distribución de la riqueza”, dijo Brooke Harrington, gestora de riqueza certificada y profesora del Copenhagen Business School, autora de “Capital sin fronteras: gestores de riqueza y el uno por ciento”.
“Hay un pequeño grupo de personas que no están sujetas a las leyes como el resto de nosotros, y eso tiene un propósito”, dijo Harrington. Estas personas “viven el sueño” de disfrutar “los beneficios de la sociedad sin estar sujetos a ninguna de sus limitaciones”.
Los registros expanden significativamente las revelaciones producidas por la filtración de documentos offshore que generó la investigación de los Panama Papers en 2016 por parte del ICIJ y sus medios asociados. Los nuevos archivos arrojan luz sobre un conjunto diferente de paraísos isleños no explorados, incluidos algunos con reputaciones más limpias y servicios más costosos, como Bermuda y las Islas Caimán.
Las revelaciones más detalladas surgen de décadas de registros corporativos de la firma de abogados offshore Appleby y el proveedor de servicios corporativos Estera, dos empresas que operaron juntas bajo el nombre Appleby hasta que Estera se independizó en 2016.
Al menos 31.000 de los clientes individuales y corporativos incluidos en los registros de Appleby son ciudadanos de Estados Unidos, o tienen direcciones de Estados Unidos. Más que en cualquier otro país. Appleby también cuenta con clientes del Reino Unido, China y Canadá entre sus principales fuentes de negocios.
Cerca de siete millones de registros de Appleby y empresas afiliadas cubren el período de 1950 a 2016 e incluyen correos electrónicos, acuerdos de préstamos de miles de millones de dólares y estados de cuenta bancarios que involucran al menos a 25.000 entidades conectadas con gente de 180 países. Appleby es miembro del “Círculo Mágico Offshore”, una camarilla informal de los principales bufetes de abogados offshore del planeta. La firma tiene su sede en Bermuda y tiene oficinas en Hong Kong, Shanghai, las Islas Vírgenes Británicas, las Islas Caimán y otros centros offshore.
Appleby tiene una reputación bien protegida de 100 años y ha evitado los escándalos públicos a través de una mezcla de discreción y costosa supervisión de sus clientes.
En contraste con la imagen pública de Appleby, los archivos revelan una compañía que ha prestado servicios a clientes riesgosos de Irán, Rusia y Libia; que tiene auditorías que identificaron lagunas en los procedimientos contra el blanqueo de dinero, y que fue multada por el regulador financiero de Bermuda. Appleby no respondió a un detallado cuestionario de ICIJ, y en su lugar publicó una declaración en su página web que indica que después de investigar las preguntas de ICIJ está “convencida de que no hay evidencia de ningún delito”.
La firma, dice el comunicado, está “sujeta a controles regulatorios frecuentes y nos comprometemos a alcanzar los altos estándares establecidos por nuestros reguladores”.
El paquete filtrado de documentos incluye más de medio millón de archivos de Asiaciti Trust, un especialista offshore de gestión familiar con sede en Singapur y oficinas satélite desde Samoa, en el Pacífico Sur, hasta Nevis, en el Caribe.
Los archivos filtrados incluyen también documentos de registro de empresas gubernamentales en algunos de los paraísos fiscales más secretos del mundo, en el Caribe, el Pacífico y Europa, como Antigua y Barbuda, las Islas Cook y la Isla de Man. Una quinta parte de los paraísos fiscales más activos del mundo están representados en estas bases de datos.
Tomados en su conjunto, las filtraciones revelan rastros offshore de aviones espía adquiridos por los Emiratos Árabes Unidos, una compañía de explosivos en Barbados de un ingeniero canadiense que intentó construir un “superarma” para el dictador iraquí Saddam Hussein, y la compañía en Bermuda del fallecido Marcial Maciel Degollado, el influyente sacerdote mexicano fundador de la orden religiosa católica de los Legionarios de Cristo, cuyo legado se vio empañado por acusaciones de abuso sexual infantil.
La reina Isabel II ha invertido millones de dólares en compañías de servicios médicos y créditos de consumo, según muestran los archivos de Appleby. Mientras que los administradores del patrimonio personal de la reina, el Ducado de Lancaster, proporcionan algunos detalles de sus inversiones en bienes raíces en el Reino Unido, como edificios comerciales diseminados por el sur de Inglaterra, nunca han revelado detalles de sus inversiones en el extranjero.
Los registros muestran que, a partir de 2007, los gestores del patrimonio de la reina invirtió en un fondo de las Islas Caimán, que a su vez invirtió en una empresa de capital privado controlada por BrightHouse, una empresa de alquiler con opción de compra del Reino Unido criticada por defensores de los consumidores y por miembros del Parlamento por vender bienes a británicos con problemas de liquidez en planes de pago con tasas de interés tan altas como 99,9%.
Otros miembros de la realeza y políticos con vínculos recientemente descubiertos en el exterior incluyen a la Reina Noor de Jordania, que fue listada como beneficiaria de dos fideicomisos en la isla de Jersey, incluido uno que administraba su propiedad británica en expansión; Sam Kutesa, ministro de Asuntos Exteriores de Uganda y expresidente de la Asamblea General de la ONU, quien estableció un fideicomiso offshore en las Seychelles para administrar su riqueza personal; El ministro de Finanzas de Brasil, Henrique de Campos Meirelles, quien creó una fundación en Bermuda “con fines benéficos”, y Antanas Guoga, un miembro lituano del Parlamento Europeo y jugador profesional de póker, que tenía una participación en una compañía de la Isla de Man cuyos otros accionistas incluían a un magnate del juego que enfrentó una demanda por fraude en Estados Unidos.
Wesley Clark, exaspirante demócrata a la presidencia y general de cuatro estrellas retirado del ejército estadounidense que se desempeñó como comandante supremo de la OTAN en Europa, fue director de una compañía de apuestas en línea con filiales en el extranjero, según muestran los archivos.
Un portavoz de la reina Isabel II le dijo a The Guardian, socio de ICIJ, que el ducado tiene una inversión en el fondo de las Islas Caimán y que no estaba al tanto de la inversión en BrightHouse. La Reina paga voluntariamente impuestos sobre los ingresos del ducado y sus inversiones, dijo el portavoz.
La Reina Noor le dijo a ICIJ que “todos los bienes legados a ella y a sus hijos por [el fallecido Rey Hussein] han sido administrados siempre de acuerdo con los más altos estándares éticos, legales y regulatorios”. Meirelles de Brasil dijo que la fundación que creó no lo beneficia personalmente y apoyará organizaciones benéficas de educación después de su muerte. Guoga dijo que declaró su inversión en la compañía de la Isla de Man a las autoridades y vendió la última de sus acciones en 2014. Kutesa y Clark no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Además de revelaciones sobre políticos y corporaciones, los archivos sacan a la luz detalles sobre la vida financiera de ricos y famosos, y de completos desconocidos. Incluyen el yate y submarinos del cofundador de Microsoft Paul Allen; el vehículo de inversión del fundador de eBay, Pierre Omidyar, en Cayman Island, y las acciones de Madonna en una compañía de suministros médicos. El cantante pop y activista social Bono, que figura con su nombre completo, Paul Hewson, poseía acciones en una compañía registrada en Malta que invirtió en un centro comercial en Lituania, según muestran los registros de la compañía. Otros clientes menos famosos registraron sus ocupaciones como groomer de perros, fontanero e instructor de wakeboard.
Madonna y Allen no respondieron a las solicitudes de comentarios. Omidyar, cuya Omidyar Network dona a ICIJ, revela su inversión al IRS, dijo una portavoz.
Personas ricas de todo el espectro político usan el sistema offshore.
Los archivos revelan que Stephen Bronfman, asesor y amigo cercano del primer ministro canadiense Justin Trudeau, se asoció con Leo Kolber, otro seguidor incondicional del partido liberal y exmiembro del Senado de Canadá, y el hijo de Kolber, para mover en silencio millones de dólares a un fideicomiso en Cayman. Las maniobras offshore pueden haber evitado pagar impuestos en Canadá, Estados Unidos e Israel, de acuerdo con expertos que revisaron algunos de los más de 3,000 archivos que detallan las actividades del fideicomiso.
A medida que las riquezas offshore fueron creciendo, los abogados de Bronfman, los Kolbers y otros grupos acaudalados presionaron al Parlamento de Canadá para que luchara contra las propuestas legislativas que buscaban gravar los ingresos de los fideicomisos offshore.
Bronfman sigue siendo un recaudador de fondos clave para Trudeau, quien ha defendido una mayor apertura del gobierno y prometió una ofensiva contra la evasión de impuestos en las jurisdicciones offshore. En setiembre, Trudeau dijo a la Asamblea General de las Naciones Unidas: “En este momento, tenemos un sistema que alienta a los canadienses adinerados a usar corporaciones privadas para pagar una tasa impositiva más baja que los canadienses de clase media. Eso no es justo y lo arreglaremos”.
Los abogados de Kolber dijeron en una carta a CBC, socio de ICIJ, que “ninguna de las transacciones o entidades en cuestión se efectuaron o establecieron para evadir o incluso evitar impuestos”. Agregaron que los fideicomisos “siempre estuvieron en total conformidad con todas las leyes y requisitos aplicables”, y dijeron que Stephen Bronfman no proporcionaría más comentarios.
En Estados Unidos, los archivos filtrados revelan lazos con negocios extranjeros y prácticas de manejo de su riqueza personal de asociados clave de Trump que están a cargo de ayudar a poner “Estados Unidos Primero”.
Los archivos de Appleby muestran cómo Ross, el secretario de comercio de Trump, ha utilizado una cadena de firmas de las Islas Caimán para mantener una participación financiera en Navigator Holdings, una compañía naviera que tiene como uno de sus principales clientes a Sibur, una firma de energía vinculada con el Kremlin. Entre los principales propietarios de Sibur se encuentran Kirill Shamalov, yerno del presidente ruso Vladimir Putin, y Gennady Timchenko, multimillonario al que el gobierno de Estados Unidos en 2014 por sus vínculos con Putin. Sibur pagó a Navigator más de 23 millones de dólares en 2016.
Cuando se unió al gabinete de Trump, Ross se deshizo de sus intereses en 80 compañías. Pero mantuvo participaciones en nueve más, incluidas cuatro que lo conectan con Navigator y sus clientes rusos.
Estas revelaciones se producen en un contexto de creciente preocupación por la participación oculta de Rusia en los asuntos políticos de Estados Unidos.
Sibur es “una compañía de amigotes”, dijo Daniel Fried, un experto en Rusia que ha ocupado altos cargos en el Departamento de Estado en administraciones republicana y demócrata. “¿Por qué un funcionario del Gobierno de Estados Unidos tendría alguna relación con un amigo de Putin?”.
Los archivos filtrados también condujeron a otros descubrimientos sobre las relaciones comerciales entre Rusia y Estados Unidos.
Un documento encontrado en la base de datos ayudó al ICIJ y sus socios a dirigir su atención a documentos públicos y archivos de Panama Papers que ilustran los vínculos entre un par de firmas financieras de propiedad del Kremlin y un multimillonario ruso que hizo grandes inversiones en Twitter y Facebook.
En 2011, el fondo de inversión del magnate tecnológico Yuri Milner actuó como intermediario cuando una de las firmas del gobierno ruso, VTB Bank, invirtió silenciosamente 191 millones de dólares en Twitter Inc. Los documentos también muestran que una subsidiaria financiera de Gazprom, el gigante energético controlado por el Kremlin, financió una compañía de fachada que, a través de una compañía afiliada a Milner, adquirió cerca de mil millones de dólares en acciones de Facebook poco antes de su oferta pública inicial en 2012.
Más recientemente, Milner invirtió 850,000 dólares en Cadre, una firma de bienes raíces cofundada por el yerno de Trump y asesor de la Casa Blanca Jared Kushner.
Milner es un ciudadano ruso que vive en Silicon Valley. Sus vínculos con Twitter, Facebook y la firma de Kushner han sido revelados previamente. Pero sus vínculos con las instituciones financieras del Kremlin no se conocían.
Un portavoz del fondo de inversión de Milner confirmó que VTB había utilizado el fondo para realizar su inversión en Twitter. En una entrevista, Milner dijo que no estaba al tanto de la participación de Gazprom en ninguno de sus negocios y que ninguna de sus inversiones estaba relacionada con la política. Dijo que usó su propio dinero en la inversión en la firma de Kushner.
En el otro lado de la esfera política de Estados Unidos, la predecesora de Ross como secretaria de comercio, Penny Pritzker, se comprometió a salir de varias inversiones para evitar conflictos de interés después de que asumió su cargo en el gabinete del presidente demócrata Barack Obama. Los archivos muestran que poco después de recibir la confirmación del Senado, en junio de 2013, Pritzker transfirió sus intereses en dos compañías de Bermuda a una firma que utilizaba la misma dirección postal que su firma de inversión privada en Chicago. La compañía era “propiedad de fideicomisos que son para el beneficio de los hijos de Penny Pritzker”, según los archivos de Appleby. Según el experto en ética Lawrence Noble, estas transferencias pueden no cumplir con los estándares federales de ética para la desinversión.
Tanto donantes republicanos como demócratas aparecen en registros offshore, incluido Randal Quarles, donante republicano y nuevo guardián de Wall Street en la Reserva Federal. Quarles trabajó para dos compañías de las Islas Caimán, incluida una que estaba involucrada en un contrato de préstamo con un banco de Bermuda, N.T. Butterfield & Son. Hasta hace poco, Quarles tenía un interés indirecto en el banco, que está siendo investigado por las autoridades de Estados Unidos por posible evasión de impuestos por parte de sus cuentahabientes estadounidenses. Los fondos de capital privado controlados por el mega-donante demócrata George Soros usan Appleby para ayudar a administrar una red de entidades offshore, incluida una inversión en una compañía dedicada al reaseguro –o seguro para aseguradoras–. Su organización caritativa, Open Society Foundations, es donante de ICIJ.
Un vocero de la Reserva Federal dijo que Quarles se deshizo de su interés indirecto en el banco de Bermuda luego de que fuera confirmado para el puesto del gobierno. Soros no quiso hacer ningún comentario y Pritzker no respondió a las solicitudes de comentarios.
Cuando Appleby no está sirviendo los intereses de algunas de las personas más ricas del mundo, proporciona ayuda legal básica a corporaciones que buscan reducir sus impuestos en los países donde hacen negocios. Appleby no es un asesor fiscal, pero la empresa desempeña un importante papel en el diseño de los programas de impuestos utilizados por empresas de todo el mundo.
Además de bancos internacionales de primera línea como Barclays, Goldman Sachs y BNP Paribas, otros clientes elite de Appleby incluyen al fundador de uno de los mayores conglomerados de la construcción del Medio Oriente, el Grupo Saad, y la compañía japonesa que opera la planta de energía nuclear paralizada en Fukushima.
Los archivos revelan que la empresa más rentable de Estados Unidos, Apple Inc., buscó en Europa y el Caribe un nuevo refugio tributario después de que una investigación del Senado de Estados Unidos descubriera que el gigante tecnológico había evitado decenas de miles de millones de dólares transfiriendo beneficios a filiales irlandesas.
En un intercambio de correos electrónicos, los abogados de Apple le pidieron a Appleby que confirmara que un posible traslado a uno de seis paraísos fiscales offshore le permitiría a una subsidiaria irlandesa “realizar actividades administrativas... sin estar sujeta a impuestos en estas jurisdicciones”. Apple se negó a comentar sobre los detalles de la reorganización corporativa, pero le dijo a ICIJ que explicó los nuevos arreglos a las autoridades gubernamentales y que los cambios no redujeron sus pagos de impuestos.
Los archivos también revelan cómo las grandes corporaciones recortan sus impuestos al crear empresas ficticias offshore para mantener activos intangibles, como el diseño del logotipo “Swoosh” de Nike y los derechos creativos de los implantes mamarios de silicona.
Uno de los principales clientes corporativos de Appleby es Glencore, el mayor comerciante de productos básicos del mundo. Los archivos contienen décadas de operaciones de Glencore, correos electrónicos y préstamos multimillonarios para operaciones bancarias en Rusia, América Latina, África y Australia.
Glencore ha sido un cliente tan importante que una vez tuvo su propio espacio dentro de las oficinas de Appleby en Bermuda.
Las actas de la reunión de la junta de la compañía documentan cómo los representantes de Glencore se apoyaron en Daniel Gertler, un empresario israelí con amigos de alto nivel en la República Democrática del Congo, para ayudar a sellar un acuerdo para adquirir una valiosa mina de cobre. Glencore prestó millones a una compañía que se cree ampliamente que pertenece a Gertler, descrita en una investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos como un conducto para realizar sobornos. Gertler y Glencore no fueron nombrados en el caso.
Glencore dijo que su chequeos sobre los antecedentes de Gertler fueron “exhaustivos y minuciosos”. La investigación del Departamento de Justicia “no constituye evidencia de nada contra el Sr. Gertler”, dijeron sus abogados. La compañía agregó que “rechaza absolutamente cualquier acusación de irregularidad o criminalidad”. “No se usaron préstamos de forma inapropiada o para fines inapropiados”, dijeron los abogados de Gertler.
La industria offshore es un laberinto de contadores, banqueros, administradores de dinero, abogados e intermediarios a los que se les paga por cuidar los intereses de los ricos y bien conectados.
Appleby, por ejemplo, es un eslabón de una cadena de actores offshore que han ayudado a estrellas del deporte, oligarcas rusos y funcionarios gubernamentales a comprar aviones, yates y otros artículos de lujo. Los expertos offshore ayudaron a Arkady y Boris Rotenberg, dos multimillonarios rusos y amigos de la infancia del presidente Putin, a comprar aviones por valor de más de 20 millones de dólares en 2013. Las autoridades estadounidenses incluyeron a los Rotenberg en una lista negra en 2014 por su apoyo a algunos “proyectos favoritos de Putin” y por haber suscrito “contratos de alto precio” a través del gobierno ruso. Appleby cortó sus vínculos con los hermanos pero, en un caso, recibió la aprobación del gobierno de la Isla de Man casi dos años después de que se impusieron las sanciones para cubrir las tarifas requeridas para mantener a una de las compañías de los hermanos en el registro mercantil. Los Rotenberg no respondieron a la solicitud de comentarios de Süddeutsche Zeitung.
Los clientes elogian a Appleby por su experiencia, eficiencia y red global de profesionales. Sus pares lo eligen repetidamente como el bufete de abogados offshore del año.
Pero décadas de documentos privados muestran que incluso una de las estrellas más brillantes de la industria offshore tiene deficiencias ocultas: aceptar clientes cuestionables y no controlar adecuadamente algunos flujos multimillonarios de dinero.
Los reguladores financieros de Bermuda multaron a la unidad fiduciaria de la empresa por infringir las normas contra el blanqueo de dinero, de acuerdo con un acuerdo confidencial alcanzado en 2015 por Appleby y el regulador. Este año, Appleby llegó a un acuerdo por 12,7 millones de dólares en una demanda en Canadá en la que enfermeras, bomberos y agentes de policía acusaron a la firma de mover dinero sin cuestionamiento en nombre de un cliente que diseñó un supuesto plan para evadir impuestos. Appleby y el supuesto autor intelectual negaron haber cometido algún delito.
Las presentaciones de PowerPoint preparadas internamente por un empleado de Appleby, y otros documentos, citan ejemplos de personajes con mala reputación que ingresaron a la lista de clientes de la firma de abogados, incluido un funcionario paquistaní corrupto, dos hijos del infame dictador indonesio Suharto y un supuesto traficante de “diamantes de sangre”. En algunos casos, Appleby informó rápidamente de sus sospechas sobre las actividades de los clientes a las autoridades, como lo exige la ley. En otros casos, los clientes cuestionables no fueron identificados durante años.
La empresa familiar Asiaciti se vende a sí misma como especialista en ayudar a los clientes a acumular y “preservar la riqueza de los estragos de litigios”, trastornos políticos y rupturas familiares. Ha atraído a millonarios chinos, familiares de un funcionario kazajo condenado por corrupción y una amplia franja de estadounidenses, incluidos médicos, jugadores de póquer y un cultivador de alfalfa en Colorado.
Los archivos filtrados de Asiaciti revelan cómo la firma estableció fideicomisos en las Islas Cook para Kevin Trudeau, un líder infomercial estadounidense que vendió millones de copias de libros de autoayuda como “The Weight-Loss Cure ‘They’ Don't Want You to Know About”. En 2014, un juez de Chicago condenó a Trudeau a 10 años de prisión federal por desacato criminal, calificándolo de desvergonzado defraudador que llegó a utilizar el número de seguridad social de su madre en una de sus estafas.
Appleby dijo en la declaración que hizo en su página web que está comprometida a cumplir con los estándares de los reguladores. Appleby brinda asesoramiento a los clientes sobre “formas legítimas y legales de realizar sus negocios”, dijo la empresa, y no tolera el comportamiento ilegal.
“Es cierto que no somos infalibles”, dijo Appleby. “Donde descubrimos que se han cometido errores, actuamos rápidamente para arreglar las cosas”.
Asiaciti no respondió a la solicitud de comentarios.
Adrian Alhassan, exdirector de cumplimiento en la sede central de Appleby en Bermuda, le dijo a ICIJ que si alguien está “decidido” a infringir la ley, no hay mucho que pueda hacer un proveedor de servicios offshore. “No es el FBI”, dijo. Si el bufete de abogados pasara años haciendo investigaciones de fondo sobre los clientes, no “haría ningún trabajo”.
“Es como limpiar una playa”, dijo Alhassan en una entrevista telefónica. “Si dices que la has limpiado, al final del día, ¿puedes decir realmente que has recogido cada pedazo de alga marina?”.
El secreto de los paraísos fiscales atrae a quienes desean colocar su riqueza y sus negocios fuera del alcance de los reguladores, los investigadores y los recaudadores de impuestos.
Los documentos de registros corporativos en 19 jurisdicciones de este tipo revelan nombres y detalles de compañías, directores y propietarios reales de empresas creadas en muchos de los escondites offshore más ocupados del mundo.
Los documentos provienen de bastiones de alto y bajo perfil de secreto financiero como las Islas Marshall, Líbano y San Cristóbal y Nevis, un país caribeño azotado recientemente por los huracanes. Los registros de algunas jurisdicciones están a disposición del público pero son imposibles de encontrar por el nombre de una persona. Otros, como el de las Islas Caimán, cobran más de 30 dólares por un registro de una página que proporciona solo información básica. Seis registros no tienen la información disponible en línea.
Los archivos filtrados contienen más de mil registros de Antigua y Barbuda, un país caribeño que no proporciona información corporativa en línea y más de 600,000 documentos del registro en línea de Barbados, que suelen funcionar mal.
Durante la última década o más, la Unión Europea y otras organizaciones internacionales han presionado a los paraísos offshore para que reformen sus leyes y han exigido que los intermediarios offshore seleccionen más cuidadosamente a sus clientes. El progreso ha sido lento, dicen los expertos, tanto por los desafíos que suponen las prácticas cambiantes en una red mundial de jurisdicciones, como por el hecho de que personas poderosas y grandes compañías se benefician del sistema offshore.
Lo hacen a expensas de muchos, trasladando la carga impositiva a los contribuyentes de ingresos medios y otorgando a las corporaciones multinacionales una ventaja sobre los competidores más pequeños. Donde más duele es en las naciones que luchan por proveer bienes básicos a sus poblaciones.
En África occidental, los funcionarios de Burkina Faso que supervisan los pagos de impuestos de las empresas más grandes que operan allí trabajan desde pequeñas oficinas con unidades rotas de aire acondicionado. Burkina Faso es uno los países más pobres del mundo. En promedio, un ciudadano al año gana menos de lo que el propietario de una compañía offshore en Bermuda paga por sus tarifas de registro. La oficina de impuestos del país requirió 29 millones de dólares en impuestos y multas no pagados a Glencore, la decimosexta compañía más grande del mundo y un usuario importante de los servicios de Appleby. Glencore protestó y la multa se redujo a 1,5 millones de dólares.
Ayudar a los ricos a enriquecerse mediante maniobras offshore no es un “beneficio benigno”, dijo Harrington, profesor de Copenhagen Business School. “Cuando los ricos se vuelven más ricos, los pobres se vuelven más pobres, porque las personas adineradas no pagan su parte justa de los impuestos”, puntualiza.
“No escapará a los administradores de riqueza y a quienes trabajan en la industria offshore”, dijo, “que estamos alcanzando los niveles de desigualdad e injusticia de la Revolución Francesa”.