El kamikaze, que iba a pie, “se precipitó contra el minibús que llevaba soldados del ejército afgano en el distrito de Dehdadi”, en el área metropolitana de Mazar, declaró Abdul Razaq Qaderi, subjefe de la policía de la provincia de Balj, de la que Mazar-i-Sharif es capital.
“Tres soldados murieron y otros ocho resultaron heridos”, precisó el ministerio de Defensa en un comunicado. El portavoz del gobernador confirmó este balance. “La explosión fue muy violenta. Todos los edificios temblaron”, contó Habibullah, un habitante de Dehdadi, contactado por la AFP .
Los rebeldes talibanes, que llevan a cabo una violenta ofensiva invernal en Afganistán, reivindicaron la autoría del ataque a través de su portavoz habitual, Zabihullah Mujahid.
Las fuerzas armadas y la policía afganas son blancos privilegiados de los insurgentes, que los califican de “lacayos” de los invasores estadounidenses. Hace una semana, 20 policías murieron en un atentado suicida contra su base en Kabul.
El atentado del lunes por la mañana se produce al día siguiente de una nueva conferencia cuatripartita que reunió en Islamaban a chinos, estadounidenses, paquistaníes y afganos para tratar de relanzar las conversaciones de paz directas entre Kabul y los talibanes.
Tras la reunión, los participantes dijeron “esperar” que el diálogo retome antes de fin de mes.
Un primer contacto directo tuvo lugar el pasado verano en Pakistán, considerado el “padrino” histórico de los talibanes, pero la segunda ronda fue aplazada sine die tras el anuncio de la muerte del mulá Omar, figura histórica del movimiento insurgente.