En noviembre, un tribunal dio la razón a los criadores de rinocerontes, que reclamaban su derecho a vender el cuerno de estos animales en territorio sudafricano.
El gobierno apeló la decisión judicial, pero la semana pasada, la Corte Suprema de Bloemfontein (centro) la desestimó.
“Esto significa que los criadores privados de rinocerontes pueden vender cuerno dentro del mercado interior”, remarcó a la AFP Pelham Jones, presidente de la sociedad sudafricana de propietarios privados de rinocerontes (PROA).
“Nuestros equipos jurídicos estudian la sentencia, por el momento no podemos hacer comentarios”, indicó Albi Modise, portavoz del ministerio de Medio Ambiente.
En Sudáfrica, que hospeda al 80% de la población mundial de rinocerontes, el debate entre partidarios y detractores de la legalización lleva muchos años abierto.
En 2014, se produjo la peor masacre de la historia con 1.215 animales asesinados. El tráfico alimenta un mercado clandestino de la medicina tradicional asiática, especialmente en Vietnam y en China, donde al cuerno de rinoceronte se le presuponen virtudes terapéuticas.
Los granjeros consideran que la prohibición de comercio solo aumenta la caza ilegal y aseguran poder responder a la demanda asiática con cuernos de animales a los que no se ha matado.
Los criadores, lo cortan con una sierra, un proceso indoloro para el animal, al que anestesian durante unos 15 minutos y el cuerno vuelve a salir si es cortado correctamente.
“Ahora que el mercado doméstico está abierto, los especuladores podrían estar interesados para comprar cuernos para venderlos en el futuro si el comercio internacional pasa a ser autorizado”, predijo Pelham Jones.
A finales de abril, el gobierno sudafricano anunció que no propondría levantar la moratoria internacional sobre el comercio de cuerno de rinocerontes tras la reunión mundial de la Convención sobre el comercio de especies salvajes amenazadas (Cites), que tendrá lugar en Johannesburgo del 24 de septiembre al 5 de octubre.