El juez Moro afirmó que ni el presidente de una República “tiene privilegio absoluto en el resguardo de sus comunicaciones”, a pesar de tener “foro privilegiado”.
“Ni el supremo mandatario de la República tiene un privilegio absoluto en el resguardo de sus comunicaciones, aquí recogidas de manera fortuita, pudiendo ser citado el conocido precedente de la Suprema Corte norteamericana en US v. Nixon, 1974, aún un ejemplo a seguir”, afirmó el juez.
Moro se refirió así al caso Watergate, un escándalo político que en 1974 derribó al entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon.
El juez, a cargo del caso Petrobras, reiteró que había “causa justa” y “autorización legal” para interceptar las escuchas del expresidente Lula, quien hoy asumió como ministro de la Presidencia del Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, su ahijada política y sucesora en el poder.
No obstante, la designación de Lula fue suspendida de manera cautelar por un juez de Brasilia, que sugirió que Rousseff podría haber cometido un delito y argumentó que si Lula asume el cargo de ministro tendrá poder para realizar una “intervención indebida y odiosa” en la Policía, la Fiscalía y el poder Judicial.
El magistrado se apoyó en los audios grabados por orden judicial divulgados la víspera, los cuales generaron la sospecha que de Rousseff designó a Lula ministro para demorar el proceso jurídico contra el expresidente e incendiaron los ánimos de la oposición.
Moro afirmó que decidió levantar el secreto de las escuchas telefónicas por considerarlo de “interés público” y precisó que será el Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte del país, quien deberá decidir tras analizar el contenido de las grabaciones.