En aquel drama, en semifinales de la Copa inglesa entre el Liverpool y el Nottingham Forest, perdieron la vida 96 personas. El comisario David Duckenfield, de 73 años, encargado del dispositivo de seguridad en la época de los hechos, será juzgado por homicidio involuntario por grave negligencia en 95 de las muertes. No está señalado por la muerte de la 96ª víctima, ya que falleció cuatro años después, aunque a consecuencia de las lesiones sufridas.
El 15 de abril de 1989, al momento del inicio del partido, un movimiento las masas arrinconó a seguidores del Liverpool contra las vallas metálicas que rodeaban al césped, provocando 94 muertos aquel día, y dos más posteriormente.
La policía recibió críticas por no haber controlado la llegada masiva de aficionados, y por no haber reaccionado con celeridad.