Esos estudios de observación y de extracción de muestras de piel, en principio no letales, a cargo del Instituto de investigación sobre los cetáceos, se llevarán a cabo hasta el 28 de marzo, indicó la fuente. Los barcos zarparán del puerto de Shimonoseki (sudoeste), precisó la agencia en un breve comunicado.
“Los arpones fueron retirados de los navíos en la medida en que las investigaciones no implican la captura de ballenas”, agregó. Japón renunció a la caza de ballenas en el Antártico durante la temporada 2014-2015, tras una sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) . Ante una demanda de Australia, la CIJ consideró que Japón utilizaba con fines comerciales una actividad de investigación.
Las organizaciones ecologistas temen sin embargo que Japón ignore la decisión de la CIJ y retome la caza de ballenas en la temporada 2015-2016. Japón presentó a la Comisión Ballenera Internacional (CBI) y su comisión científica un objetivo anual de captura de 333 pequeños rorcuales, en vez de los 900 incluidos en el programa censurado por la CIJ.
Según las autoridades japonesas, ese nivel de captura es necesario para poder definir la edad de la población ballenera y, por ende, el nivel de pesca que no ponga en peligro a la especie. Japón capturó 251 pequeños rorcuales en el Antártico en la temporada 2013-2014 y 103 el año precedente. Al mismo tiempo, Japón continúa cazando ballenas en “nombre de la ciencia” en el Pacífico noroeste, donde en 2013 capturó 132 cetáceos.