El Ministerio de Justicia anunció que el personal de inmigración monitorizará la llegada de visitantes extranjeros utilizando una base de datos de pasaportes perdidos y robados desarrollada por la Interpol, entre otras medidas, según informaron hoy medios locales.
En este sentido, los visitantes extranjeros tendrán que hacer frente a inspecciones más estrictas en los puertos de entrada y en la red de transporte público de Japón, que ve aumentar la amenaza terrorista de cara los Juegos Olímpicos de 2020.
El Ejecuto nipón espera que el número de visitantes llegue a los 20 millones anuales para entonces. Además, el Ejecutivo nipón solicitará a otros gobiernos que refuercen las medidas de seguridad en los colegios para estudiantes japoneses en el exterior, con presencia en 55 países.
El Ministerio de Educación nipón ha establecido una línea telefónica disponible las 24 horas en las escuelas de Oriente Medio a los que asisten niños japonesas. Por su parte, el Ministerio de Finanzas dio orden a bancos e instituciones financieras de parar las transacciones a compañías e individuos sospechosos de tener vínculos terroristas para que los fondos puedan ser bloqueados.
El pasado 20 de enero, poco después de que el primer ministro nipón Shinzo Abe anunciara una donación de 200 millones de dólares para los países que acogen a los refugiados que huyen del avance del EI, el grupo exigió esa cantidad a cambio de no asesinar a Kenji Goto y a otro ciudadano japonés, Haruna Yukawa, secuestrados en julio y octubre.
El grupo finalmente ejecutó a los dos japoneses y en su último vídeo acusó a Abe de haberse embarcado en “una guerra que no se puede ganar” y amenazó con asesinar a ciudadanos nipones “dondequiera que estén”.