Japón desplegó, al menos, dos unidades Patriot Advanced Capability-3 (PAC-3) en las instalaciones del Ministerio de Defensa en Ichigaya, que se encuentra en el centro de Tokio rodeado de casas y oficinas, aunque rechazó ampliar los detalles del plan de contingencia nipón, informó a Efe un portavoz de Defensa.
“No queremos ofrecer información sobre este tema en esta ocasión. Si clarificamos nuestras operaciones mostraríamos como estamos operando”, añadió el portavoz.
Al igual que en anteriores ocasiones, se espera que Tokio también despliegue sistemas para interceptar misiles en las bases militares de Asaka y Narashino, en el área metropolitana de la capital.
Estos sistemas instalados en la capital servirían para derribar proyectiles en el caso de que un hipotético ataque escapara de los destructores que Japón tiene ubicados en el Mar de Japón (costa noroeste) y que están equipados con sistemas Aegis, capaces de realizar un seguimiento e interceptar proyectiles.
En este sentido, el primer ministro, Shinzo Abe, aseguró hoy que Japón “hará lo que tiene que hacer” para garantizar la seguridad del país en el caso de que las amenazas de Corea del Norte supusieran una amenaza para el archipiélago.
Abe además reiteró que Japón se encuentra en permanente contacto con sus aliados, en un momento en el que Pyongyang mantiene sus provocaciones.
El año pasado, con motivo del lanzamiento por parte del régimen comunista de un cohete de largo alcance, Japón realizó un fuerte despliegue militar y activó el estado de alerta para derribar el satélite norcoreano en el caso de que éste modificara su trayectoria prevista y amenazara con caer en territorio nipón.
En este sentido, al margen de los sistemas antimisiles en Tokio y la vecina Saitama, Japón dispuso en aguas de Okinawa y del Mar de Japón tres destructores con sistema Aegis.
Japón también movilizó cerca de 800 miembros de las Fuerzas de Autodefensa y preparó cazas F15 para ofrecer cobertura a la defensa marítima en el caso de que fuera necesario.
La tensión en la península norcoreana se disparó hace un mes cuando las nuevas sanciones aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU como castigo a la tercera prueba nuclear de Pyongyang provocaron las amenazas belicistas casi diarias por parte del régimen de Kim Jong-un.
En este sentido, informaciones adelantadas por los servicios de inteligencia de Seúl y Washington, revelaron recientemente el posible montaje de misiles de alcance intermedio en lanzaderas móviles de Corea del Norte.